¿Preocupados por Yandy? Después de seis hits en dos juegos... no mucho
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PHOENIX -- En el octavo episodio del martes por la noche, el cubano Yandy Díaz tuvo la oportunidad de meter a los Rays de nuevo en el juego con un hit. Con un enfrentamiento ideal contra el zurdo Jalen Beeks, dos corredores en base y Tampa Bay perdiendo por dos carreras, el oriundo de Sagua la Grande terminó bateando para una doble matanza que terminó con la entrada, continuando lo que ha sido un frustrante inicio de campaña.
Después, Díaz admitió que no se sentía bien en el plato. Reconoció la frustración. Prometió mantenerse positivo y superarlo trabajando. Y el manager Kevin Cash reiteró la confianza de los Rays en su cañonero.
“Si pudiéramos elegir a dedo a alguien para venir [a batear], es él”, aseguró Cash después de la derrota por 5-1 en el Chase Field. “Y lo haríamos de nuevo mañana por la noche”.
Efectivamente, Díaz se presentó en una situación similar el miércoles. Con dos outs en el séptimo inning, dos corredores en base y los Rays perdiendo por una rayita, el primer bate llegó al plato contra el lanzador derecho Shelby Miller. Esta vez, Díaz conectó un sencillo de dos carreras al jardín central para tomar la ventaja, una conexión que salió de su bate a 113.4 millas por hora -- su batazo más fuerte de la temporada.
Y volvió a responder en el 11mo episodio de una disputada victoria 7-6, remolcando la que resultó ser la carrera de la diferencia con un doble al jardín derecho contra el relevista Drey Jameson para coronar una noche de tres hits y tres carreras impulsadas.
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“Todavía no me siento del todo ahí, pero estoy ayudando al equipo -- y gracias a Dios hoy me tocó a mí hacerlo”, comentó Díaz. “Estoy esforzándome mucho, y ojalá que el resto de las noches que vengan sean mejores que esta”.
El jueves, la historia se repitió para el cubano, que está dando claras muestras de recuperación en los últimos días. El cañonero volvió a aportar tres imparables ante los D-backs, ayudando a los Rays a llevarse la serie de Arizona.
Considerando todo lo que ha sucedido en las primeras cuatro semanas de la campaña, uno de los problemas más desconcertantes ha sido la fuente de la producción ofensiva de los Rays. Jugadores como el mexicano Jonathan Aranda, Kameron Misner, Jake Mangum y Chandler Simpson han asumido roles importantes inmediatamente. Pero ha sido un camino menos fácil para dos de los bateadores más importantes de Tampa Bay: Díaz y Brandon Lowe.
Al entrar al final de la serie del jueves contra los D-backs, Díaz bateaba .230/.271/.380 -- bueno para apenas un OPS+ de 88, muy por debajo de su marca de 130 con los Rays entre el 2019 y el 2024. Y Lowe promediaba apenas .217/.241/.325 (OPS+ de 64) sin extrabases desde su último jonrón el 5 de abril en Texas.
Los Rays no esperan que esos números se mantengan así por mucho más tiempo.
“Hay cierta información que sugiere que están haciendo buenos swings. Están golpeando la bola con fuerza, pero no están obteniendo los resultados”, dijo Cash el miércoles. “Confíen en lo que están haciendo. Ambos son muy buenos bateadores, bateadores probados con una trayectoria. Simplemente no quiero ver que se frustren demasiado consigo mismos”.
“Son tan clave como cualquiera para nuestra alineación. Siendo líderes en el club, líderes en la alineación, ves cómo hacen su trabajo -- es bastante significativo. Y sé que quieren responder, tanto como yo quiero que lo hagan”.
De hecho, hay algunas métricas que indican que Díaz y Lowe merecen una mejor suerte. El promedio de bateo esperado de Díaz (.267) y su slugging esperado (.428) son notablemente más altos que sus estadísticas reales, según Statcast. Y el promedio esperado de Lowe (.291) y su slugging esperado (.549) son significativamente mejores que los resultados que ha producido.
Como dijo Lowe: “He tenido un caso grave con batazos directos a las manos”. Eso fue particularmente evidente contra los Yankees el sábado, cuando conectó velocidades de salida de 103.1 mph y 104.5 mph después de aplastar una línea baja por la banda contraria... directo al antesalista venezolano Oswaldo Cabrera.
En un momento ese día, Lowe se sentó en el dugout y dijo: “No sé qué hacer. Realmente no puedo hacer nada más”.
Y no pasó desapercibido para él que su batazo conectado con menos fuerza fue el hit más importante del equipo aquel día: Un sencillo de dos carreras y 80.9 mph al jardín central que coronó la remontada de los Rays para empatar el juego contra el cerrador Devin Williams.
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Pero los Rays no están preocupados. Creen que la situación cambiará para ambos veteranos, basándose no solo en lo que han hecho antes, sino en cómo se han visto esta temporada.