Kershaw, el heredero de Koufax que se forjó un lugar en el panteón Dodger

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Hace varios años, le pregunté a Vin Scully sobre el gran Clayton Kershaw, simplemente porque, ¿quién mejor para hacerle una pregunta sobre los Dodgers –sobre cualquiera de ellos remontándose a Brooklyn y los años 50?

Él había estado allí lo suficiente como para ver a Kershaw en su apogeo, de la misma manera que vio a Sandy Koufax en el suyo. Principalmente, ese día me interesaba la relación entre los aficionados de los Dodgers y Kershaw.

“No sólo lo aprecian”, aseguró Scully. “Lo aman. Quizás en parte es por lo que ha podido lograr, con ese mismo tipo de gracia, bajo la larga sombra del Sr. Koufax”.

Era una comparación y una conexión apropiada, no necesariamente por la forma en que ambos lanzaban, sino por lo que significaban para sus equipos, para su ciudad y para el béisbol. Kershaw se convirtió en el Koufax para una nueva generación.

Koufax y Kershaw. Los dos hombres de la K de los Dodgers.

Por supuesto, Sandy Koufax, en su apogeo, fue el mejor lanzador zurdo de toda la historia del béisbol. Entre 1961 y 1966, su récord fue de 129-47, ganó tres premios Cy Young y un JMV, los Dodgers ganaron dos Series Mundiales y él lanzó cuatro juegos sin hits ni carreras, incluyendo un perfecto. Sólo en esas seis temporadas, antes de retirarse por una lesión a los 30 años, ponchó a 1,713 bateadores.

Pero casi 40 años después, Kershaw, quien se retirará después de esta temporada, su 18va con los Dodgers, apareció en el Dodger Stadium para hacer su propia historia. Ganaría tres Cy Young y un JMV, participaría en 11 Juegos de Estrellas y poncharía a más de 3,000 bateadores. Ahora mismo, su récord de por vida es de 222-96. En el camino, vio a los Dodgers ganar su primera Serie Mundial desde 1988 (en el 2020), y luego hacerlo de nuevo la campaña pasada, aunque estuvo lesionado durante ese mes de octubre y no pudo participar en la postemporada.

Lo que Kershaw ha hecho, siempre con la gracia de la que habló Vin Scully, es proyectar su propia sombra zurda, larga y honorable para los Dodgers. Una sombra gigante. Un estilo de lanzador diferente al de Koufax, obviamente. Pero, aun así, su Koufax.

Kershaw ha sido dirigido durante las últimas 10 temporadas de su carrera por Dave Roberts. Así que Roberts también vio a Kershaw en su mejor momento, como lo hizo Scully desde la cabina de transmisión. Los dos hombres ganaron mucho juntos durante la segunda mitad de la carrera de Kershaw.

Le pregunté a Roberts el jueves sobre Kershaw y cómo ha sido dirigirlo durante tanto tiempo. Esto fue lo que me dijo:

“Ha sido un verdadero placer dirigir a uno de los mejores lanzadores de su generación. Hemos pasado por mucho juntos. Pero su carácter, su ética de trabajo y su deseo de competir son incomparables”.

La única mancha en el historial de Kershaw durante mucho tiempo, la única falla en su currículum, fue que a pesar de toda la grandeza que había mostrado en la temporada regular a lo largo de todos los años, no había sido tan dominante en la postemporada. Pero luego llegó el 2020, y Kershaw finalmente tuvo su octubre. Tuvo marca de 4-1 en cinco aperturas ese año, un año acortado por el COVID en el béisbol, con una efectividad de 2.93.

No hubo desfile de Serie Mundial ese año debido al COVID. Pero luego vino la campaña pasada, y los Dodgers lo lograron de nuevo. Y aunque Kershaw, quien había hecho sólo siete aperturas durante la temporada regular, no estaba físicamente apto para ser parte de esa carrera de postemporada de los Dodgers, al menos finalmente tuvo su desfile. Y, quién sabe, quizás consiga uno más en unas seis semanas.

Kershaw no solo entra en el panteón con Koufax, sino con los Dodgers más legendarios de todos, con Jackie Robinson, Roy Campanella, Duke Snider, Pee Wee Reese y el resto de los “Boys of Summer” de Brooklyn. Entra con Don Newcombe, Don Drysdale y el mexicano Fernando Valenzuela.

Hay algo más que conecta a Kershaw y Koufax: Lanzaron a pesar del dolor. Fue el dolor en el codo de Koufax lo que finalmente se volvió demasiado para él. Más tarde, hubo dolor en el codo para Kershaw, y después una cirugía de hombro. Pero regresó e hizo lo que Koufax hizo, lo que significa que volvió y tomó la bola. Kershaw finalmente terminará con 250 aperturas sólo en el Dodger Stadium. Esta temporada, a la edad de 37 años, regresando de otra lesión, tiene un récord de 10-2 con una efectividad de 3.53.

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Es justo preguntarse, con todas las lesiones de pitcheo que los Dodgers han tenido tanto con abridores como con relevistas, dónde estarían en el Oeste de la Liga Nacional sin Kershaw. Una última vez, ha sido indispensable para los Dodgers de Los Ángeles. De alguna manera ha encontrado la forma, en las últimas entradas de su propia carrera, de lanzar a la altura de sus propios altos estándares.

“Estoy en paz”, dijo el propio Kershaw.

Y debería estarlo. Sandy Koufax tiene su propio Rincón de la K en la historia de los Dodgers. Clayton Kershaw tiene el suyo.

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