
COOPERSTOWN, Nueva York – Desde el 2011, ocho latinoamericanos han sido exaltados al Salón de la Fama, en un total de siete años diferentes (el panameño Mariano Rivera y el puertorriqueño Edgar Martínez entraron juntos en el 2019).
Después del dominicano Adrián Beltré el año pasado, lo más probable es que el boricua Carlos Beltrán sea el próximo. En el 2025, Beltrán recibió el 70.3% de los votos de la Asociación de Escritores de Béisbol de Norteamérica (BBWAA, por sus siglas en inglés), bien cerca del 75% necesario para ser elegido. Y con siete años restantes en la boleta, sería sólo cuestión de tiempo –tal vez el 2026 o el 2027.
Después de él, llegarían a Cooperstown nuevas placas del dominicano Albert Pujols y del puertorriqueño Yadier Molina (en la boleta por vez primera en el 2027-28). Y después de ellos, otra del venezolano Miguel Cabrera (2028-29).
Este año, la gloria les pertenece al japonés Ichiro Suzuki, CC Sabathia y Billy Wagner, además de Dave Parker y Dick Allen de manera póstuma. Sin embargo, eso no impidió una presencia latinoamericana entre la afición en Cooperstown este fin de semana, con la historia del béisbol en boca de todos.
“Sin duda, ha sido una experiencia inolvidable. Nada que se le parezca”, dijo el dominicano Gabriel Durán, quien vino con su familia para ver a su hijo participar en un torneo juvenil en este pequeño pueblo del estado de Nueva York. “Muy pintoresco; me encantó el pueblo y pienso que tenemos historia para contar.
“Siempre soñé con esto, con venir aquí. No tiene precio”.
Efectivamente, venir a Cooperstown se ha convertido en una especie de “peregrinaje” para los aficionados del béisbol. Y en cuanto a Latinoamérica se refiere, el ambiente es más llamativo con figuras como el boricua Roberto Alomar, el dominicano Pedro Martínez, el quisqueyano David Ortiz, el puertorriqueño Iván Rodríguez, el dominicano Vladimir Guerrero Sr., Rivera y Martínez exaltados en los últimos 15 años.
“Brother, esto es un sueño, realmente”, comentó el dominicano Alexander Canelo, quien vino desde Miami con su hijo para el torneo infantil y aprovechó para ver el Salón de la Fama. “Me puse alegre realmente cuando vi a Pedro Martínez, David Ortiz, Vladimir Guerrero (padre) aquí en el Salón de la Fama. Unas personas que vinieron de una isla pequeña y que hoy en día están sentadas en el Salón de la Fama. Es algo tremendo”.
Desde San Antonio, Texas vino la familia Banda, Ervey, su esposa Teresa y sus dos hijos.
“Soy fanático del béisbol desde pequeño”, dijo Ervey, de ascendencia mexicana. “Soy un fan de por vida. Ésta es una de esas cosas que tenía que hacer.
“Es bien llamativo. Ves las fotos, ves los videos, las películas... pero nada se compara con estar aquí en persona y ver de cerca todo. Es la historia del béisbol, la historia de los jugadores, la trayectoria de los jugadores”.
Agregó su esposa Teresa: “Vine a Cooperstown porque mi esposo siempre ha sido un fanático del béisbol. Y como nosotros lo queremos mucho, queríamos que él viniera, (aunque fuera) una vez en su vida. Entonces, (vinimos) de vacaciones.
“No lo pudimos sacar del museo”.
En particular, Canelo era fanático de los Medias Rojas, como lo son tantos dominicanos con el legado de Pedro, “Big Papi” Ortiz, Manny Ramírez y otros. Ahora, ve a Sabathia, quien fue parte de la rivalidad “Boston-Yankees” en sus tiempos en Nueva York del 2009 al 2019.
“Me ponía triste cada vez que nos ganaba, pero me siento feliz por verlo aquí en el Salón de la Fama”, comentó Canelo. “Tremendo pelotero, tremendo ser humano.
“Ésta es una oportunidad que yo la veo como un privilegio, porque muchos niños quisieran estar aquí, compartiendo y viviendo la experiencia desde aquí en Cooperstown”.
Y es una que quiere repetir la familia Banda.
“Es muy bonito el pueblo de Cooperstown, la gente muy amable”, expresó Teresa. “Queremos regresar. Ya estamos hablando de tomar (otras vacaciones), quizás el año que entra, para ver la ceremonia en el 2026”.