ARLINGTON -- Es importante recordar que Jacob deGrom es humano.
Es fácil olvidarlo. Después de todo, cuando ha estado sano, deGrom siempre ha lucido como el mejor lanzador del planeta. Pero incluso al mejor se le permite ser mortal, aunque serlo para él sea un día normal en la oficina para todos los demás.
El as de los Rangers permitió dos carreras en 5.1 entradas de labor en la derrota por 2-1 ante los Azulejos el lunes para iniciar una estadía en casa. deGrom concedió cinco hits y dos bases por bolas, sin registrar ningún abanicado por primera vez en sus 229 aperturas en Grandes Ligas.
Dato destacable: Los Azulejos llegaron a la jornada del lunes con la menor cantidad de ponches en la Liga Americana, 380.
“En realidad no lo sabía; lo escuché cuando entré”, indicó deGrom sobre su falta de ponches. “Pero ellos fueron agresivos temprano. Estaban poniendo muchas pelotas en juego, así que pensé, ‘Oh, vaya, podría llegar lejos en esta salida’. Estuve luchando un poco conmigo mismo; comencé a jalar la pelota, di base por bolas a un par de bateadores y simplemente no fui muy eficiente”.
Desde la pretemporada, deGrom ha estado luchando un poco con su mecánica, abriéndose rápido (al lanzar) y batallando para localizar sus lanzamientos del lado del brazo. Ha trabajado en cada apertura para corregirlo, y en su mayor parte lo ha logrado.
Eso es probablemente parte de lo que llevó a su falta de ponches y swings fallidos (tres).
“Hoy parece que di un paso en la dirección equivocada”, comentó deGrom. “No pude realmente ubicar [los pitcheos] abajo y, ya sabes, lanzar a partir de eso con mi slider. Me dejaron pasar algunos buenos sliders [sin hacer swing]. Lo tiré bien fuera del plato de vez en cuando, pero nunca pude lanzar una recta, realmente, donde quería. Esa parte fue frustrante”.
deGrom fue retirado del choque en la sexta entrada con 81 lanzamientos, por unos Rangers que continúan vigilando su carga de trabajo. Había realizado 199 pitcheos entre sus dos presentaciones anteriores contra los Astros y Yankees.
“Sabía que ya estábamos en ese [número]”, explicó el manager de los Rangers, Bruce Bochy. “Por eso hicimos lo que hicimos, por eso lo sacamos. Va a haber encuentros como éste donde vamos a monitorear su carga de trabajo; esta noche fue uno de ellos”.
Era inevitable que en algún momento se monitoreara de alguna forma la cantidad de acción de deGrom. Se sometió a su segunda cirugía Tommy John en junio del 2023, apenas seis salidas después de iniciar su etapa en Texas. Hizo tres salidas en septiembre pasado, registrando efectividad de 1.69 y ponchando a 14 en 10.2 entradas.
deGrom sólo hizo nueve aperturas en sus primeras dos temporadas en Texas y apenas 35 en los cuatro años anteriores combinados. No ha completado más de 100 episodios desde el 2019 (204 en 32 aperturas), cuando ganó su segundo Premio Cy Young consecutivo con los Mets. Ésa fue la última vez que estuvo sano durante una campaña completa.
Y mantenerlo en salud será clave si los Rangers quieren competir en la recta final, independientemente de si la ofensiva encuentra el pulso o no.
“Me siento bien”, aclaró deGrom. “Honestamente, no vengo pensando en ello. Sólo vengo tratando de salir y ponernos en posición de ganar. Hoy, me vencieron con un par de lanzamientos, y di algunos boletos como, dije. No estaba localizando bien [mis pitcheos]. Estuve luchando conmigo mismo todo el día. Carga de trabajo o lo que sea aparte, simplemente tengo que lanzar la pelota mejor que eso”.