COOPERSTOWN, Nueva York – Del 2001 al 2008, CC Sabathia ganó 106 juegos con Cleveland, conquistando el Premio Cy Young de la Liga Americana en el 2007. A mediados del 2008, el zurdo fue cambiado a Milwaukee, donde registró 11 victorias de manera heroica en la recta final de aquella campaña con una serie de juegos completos – y lanzando frecuentemente con tres días de descanso -- que impulsó a los Cerveceros hasta la postemporada.
Pero el equipo con el qué más temporadas lanzó Sabathia, elegido al Salón de la Fama en enero de este año en su primera oportunidad en la boleta de la Asociación de Escritores de Béisbol de Norteamérica (BBWAA, por sus siglas en inglés), fueron los Yankees. En el 2009, su primera campaña en el Bronx, Sabathia ayudó a Nueva York a conquistar su primer título de Serie Mundial desde el 2000 – y su último desde entonces.
En sus 11 años en los Yankees, Sabathia registró 134 de sus 251 victorias de por vida y 1,700 de sus 3,093 ponches. Por eso, el exserpentinero será exaltado al Salón de la Fama este domingo – junto con Billy Wagner e Ichiro Suzuki, además de Dave Parker y Dick Allen de manera póstuma – con una gorra de los Bombarderos del Bronx.
Pero, ¿cuándo de verdad cree Sabathia que se convirtió en un “verdadero Yankee”, jugando en ese entonces con figuras como Derek Jeter, el panameño Mariano Rivera, el puertorriqueño Jorge Posada y Andy Pettitte?
“Creo que mi momento de ‘Bienvenido a los Yankees’ ocurrió contra los Medias Rojas”, recordó Sabathia.
Bien apropiado que haya sido ante Boston, el mayor rival de Nueva York.
Efectivamente, Sabathia se refiere al 8 de agosto del 2009, unas tres semanas después de que los Yankees habían rebasado a los Medias Rojas para ocupar el primer lugar del Este de la Liga Americana. Los Patirrojos llegaron al Bronx decididos a quitarle la cima a Nueva York, que tenía una ventaja de 2.5 juegos al iniciar las hostilidades. Pero los Yankees barrieron la serie de cuatro partidos para irse arriba por 6.5 juegos, rumbo al título divisional.
En el tercer choque de dicha serie, Sabathia lanzó 7.2 ceros de dos hits y nueve ponches frente a Boston. Según el mismo lanzador, fue la mayor emoción que había sentido hasta ese momento como integrante de Nueva York.
“Ése fue el momento más grande que me llevo de esa rivalidad, el poder tener un gran juego y lanzar bien”.
Sabathia había llegado a los Yankees ese año como agente libre de alto perfil, al igual que el derecho A.J. Burnett y el primera base Mark Teixeira. Fue un enorme gasto para un equipo que en el 2008 se había perdido los playoffs por primera vez desde 1993 (en 1994, en el momento del paro laboral que le puso fin a aquella campaña, Nueva York encabezaba su división). Sabathia puso de su parte con 19 triunfos en la temporada regular del 2009 y tres más en la postemporada, siendo nombrado Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato de la Liga Americana contra los Angelinos. En la primera semana de noviembre, los Yankees terminarían de cumplir la misión con una victoria sobre los Filis en el Clásico de Otoño.
EL BONO QUE NO FUE, PERO QUE AL FINAL SÍ FUE
La condición de verdadero Yankee continuó para Sabathia a través de los años. El oriundo de Vallejo, California lo demostró de manera contundente en el 2018.
En su última apertura de aquella campaña regular contra los Rays, Sabathia le dio un bolazo a Jake Bauers. Tampa Bay reaccionó con un pitcheo del derecho Andrew Kittredge cerca de la cabeza del receptor de los Yankees, Andrew Romine. Eso hizo que Sabathia, claramente enfadado, tratara de correr desde el dugout de los Yankees hacia el montículo del Tropicana Field. Sólo el dirigente Aaron Boone evitó que eso ocurriera, al detener físicamente a su lanzador.
En su siguiente entrada en la lomita, Sabathia le propinó un bolazo al venezolano Jesús Sucre, lo cual provocó su expulsión del juego. De esa manera, Sabathia se quedó en 153 entradas lanzadas en la temporada regular. De haber llegado a 155 – que era bien posible, tratándose del sexto inning de su presentación – hubiera recibido un bono de US$500,000 de los Yankees, como parte de sus incentivos.
En otras palabras, Sabathia ignoró las ramificaciones económicas personales a la hora de tratar de proteger a su compañero de equipo.
“Estaba defendiendo a mi compañero”, indicó Sabathia este mes al reflexionar sobre su carrera. “En ese momento, tenía una amistad bien cercana con Austin Romine. De hecho, tenía esos lazos estrechos con todos mis receptores. Sé que él había tenido un par de conmociones cerebrales.
“Entonces, con cualquier pitcheo por encima de sus hombros, yo siempre gritaba y protestaba”.
En ese momento, los Yankees estaban en apenas el segundo año con un núcleo que incluía a jóvenes como Aaron Judge, el venezolano Gleyber Torres, el dominicano Gary Sánchez, el también quisqueyano Luis Severino y otros.
“Creo que en ese momento en Tampa, miré a nuestro equipo y vi a un Luis Severino joven y a otros jóvenes en ese clubhouse, y simplemente quería que ellos entendieran que ésta es la manera en que cuidas a tus compañeros”, enfatizó Sabathia. “No se trataba de otra cosa que ésa, demostrarle a mi equipo y a todo el mundo que así cuidas a los tuyos y ésta es la forma indicada de hacerlo”.
Al fin y al cabo, los Yankees sí le dieron el bono de US$500,000, sin hacer mucho ruido al respecto.