La firma del dominicano Samuel Basallo por US$1.3 millones en enero del 2021 podría no parecer un evento tan grande, sólo otra de las muchas adquisiciones de un equipo de Grandes Ligas en el mercado amateur internacional.
Pero antes de ese momento, los Orioles habían ignorado en gran medida ese grupo de potenciales ligamayoristas. Cambiar eso era una prioridad para Mike Elias cuando fue contratado como gerente general del equipo en noviembre del 2018. Basallo fue la primera gran firma de este nuevo esfuerzo, y ese bono fue un récord para la franquicia en su momento.
Sus primeros dos veranos no produjeron números impresionantes, pero ya estaba maravillando al personal de desarrollo de jugadores de los Orioles con la velocidad de su bate y sus velocidades de salida desde el lado izquierdo del plato. La temporada del 2023 fue la que de verdad lo puso en el mapa. Jugando casi todo el año con 18 años, dividió la temporada entre dos niveles de Clase-A, tocó brevemente Doble-A y terminó el año con 20 bambinazos y un OPS de .953. Eso lo puso en la misma conversación que otros prospectos de bateo de élite que subían por el sistema. El bate de Basallo claramente pertenecía al grupo de Adley Rutschman, Gunnar Henderson, Jackson Holliday, Coby Mayo y más. Era una cuestión de cuándo, no de si, se uniría a esa alineación de Grandes Ligas.
El cuándo resultó ser el domingo, cuando los Orioles lo ascendieron a las Grandes Ligas por primera vez. Y aunque acaba de cumplir 21 años la semana pasada, hubo una respuesta inicial definitiva de "¿por qué tardaron tanto?", porque se creía que su bate ha estado listo desde hace algún tiempo.
Ahora está aquí y debería estar en una buena posición para audicionar por un puesto a tiempo completo el próximo año. Y si su carrera en liga menor ha demostrado algo, es que va a batear. Porque cuando ha estado sano, Basallo ha bateado con furia y con poder en cada parada. El participante del Juego de las Futuras Estrellas del 2024 llega a las Grandes Ligas con un OPS de carrera de .864. Este año, su primera temporada completa en Triple-A, ha resultado en un OPS de .966 y 23 vuelacercas, mejores que esas cifras del 2023. Su nombre está por toda la tabla de líderes de Triple-A en todo tipo de estadísticas (mínimo 250 veces al bate):
- xSLG: .625, 1ro
- ISO: .320, 1ro
- Tasa de macetazos: 21%, 1ro
- Promedio de velocidad de salida: 94.2 mph, 2do
- Macetazos: 41, 2do
- xWOBA: .430, 2do
- Tasa de Contacto Fuerte: 57.4%, 4to
- wRC+: 151, 5to
- SLG: .589, 7mo
- Velocidad de salida del Percentil 90: 108.3 mph, 8vo
- OPS: .966, 8vo
- wOBA: .407, 9no
- xBA: .281, 10mo
Esa velocidad de salida del percentil 90 está en el mismo rango que ligamayoristas como Nick Kurtz (108.4), Matt Olson (108.2), Kyle Stowers (108.2), y los dominicanos Fernando Tatis Jr. (108.2) y Rafael Devers (108.2). Su velocidad de salida promedio lo pondría en un empate virtual con el también quisqueyano Juan Soto en las Grandes Ligas. Esa tasa de contacto fuerte sería la cuarta, justo detrás de Shohei Ohtani.
En otras palabras, le pega a la bola duro, y mucho. Siempre ha tenido un don para el contacto, y su disposición para tomar boletos (tasa de boletos del 13.7 por ciento este año) le ha ayudado a llegar a su poder de manera más consistente en el 2025. Y para un jugador joven con tanto poder, ha mantenido los swings en blanco relativamente bajo control (21 por ciento en su carrera; 23.7 por ciento esta temporada). Sus números este año son aun más impresionantes dado que fue frenado por un problema en el codo derecho al principio y un problema en el oblicuo derecho más recientemente.
Lo único a lo que hay que prestarle atención es a su agresividad en el plato. Su facilidad para el contacto es en gran medida una ventaja, pero también ha significado a veces que le gusta hacerle swing a todo. Incluso con su increíble producción en el 2025, también ha producido una tasa de swings a pitcheos malos del 35 por ciento. Eso es algo que los lanzadores de Grandes Ligas probablemente intentarán explotar. Su capacidad para ajustarse y no sacarse out a sí mismo será una clave para determinar cuánto éxito tendrá desde el principio.
La otra pregunta que ha rodeado a Basallo ha sido cuál será su hogar defensivo definitivo. Con 6 pies y 4 pulgadas, es grande para ser un receptor, aunque siempre ha poseído una fuerza de brazo de grado 70, algo que ha regresado después de que se limitara a labores de bateador designado a principios de este año debido al codo. Recibe muy buenas calificaciones por su manejo de los lanzadores, que ha mejorado enormemente, y su liderazgo detrás del plato. Su mascoteo ha mejorado, aunque incluso aquellos que creen que puede recibir a largo plazo reconocen lo joven que es, cuántas más repeticiones necesita y el trabajo que debe hacer para recibir regularmente a nivel de Grandes Ligas (dejando de lado el hecho de que Rutschman está allí).
También puede jugar una primera base competente, y es probable que los Orioles lo muevan durante su debut, dándole tiempo detrás del plato, en primera y como BD. Recuerden que tendrá 21 años durante casi toda la próxima temporada, por lo que hay tiempo para que se desarrolle y se ajuste al pitcheo de Grandes Ligas. Y cuando lo haga, va a ser un bateador productivo, independientemente de su posición, durante mucho, mucho tiempo.