Montes, prácticamente inigualable en cuanto a poder en liga menor

12 de julio de 2025

ATLANTA – Entre todos los participantes en el Juego de las Futuras Estrellas el sábado en el Truist Park, Lázaro Montes – prospecto número 2 de los Marineros y número 29 en la lista general de MLB Pipeline – parecía tener una estatura física y de personalidad bien por encima de los demás.

Con seis pies y cinco pulgadas de estatura y una enorme sonrisa, el jardinero cubano del sistema de Seattle era bien solicitado por todos los presentes. Y no era para menos, tratándose de un autor de 23 cuadrangulares en la presente temporada, incluyendo cinco en apenas 15 partidos desde que fue ascendido de Clase-A Alta Everett a Doble-A Arkansas.

En particular, el poder descomunal de Montes se vio entre el 21 y el 22 de mayo, cuando hizo algo inédito: Fue el primer bateador en volar la pared del jardín central, el “batter’s eye”, en dos ocasiones y en noches consecutivas en el Hillsboro Ballpark, sede de los Hops en Clase-A Alta. A sus 20 años, el oriundo de La Habana lleva paso firme hacia los mayores niveles de liga menor.

“Es que sigo llevando el mismo proceso que tenía en Clase-A fuerte, hacia la Doble-A”, expresó Montes sobre sus éxitos con Arkansas hasta ahora. “Gracias a Dios, me ha dado resultados”.

Efectivamente, en esos 15 juegos en Doble-A, Montes batea .273/.388/.636 (OPS de 1.024), con un doble y dos triples. En total, entre Clase-A Alta y Doble-A, el toletero lleva línea de .269/.387/.584 con esos 23 vuelacercas, 13 dobles, siete triples y 61 empujadas.

Del otro lado, se ha ponchado 101 veces en 368 visitas al plato, algo que mejorar, y no tiene una posición clara en los jardines.

Pero en cuanto a puro poder y producción, son pocos los jugadores de liga menor que pueden igualar a Montero, premiado con esta convocación al Juego de las Futuras Estrellas.

“Ser parte de este evento significa mucho para mí, ya que es un evento donde hay muchos (que son) futuras estrellas; por eso, se llama así. Para mí, es una satisfacción, de verdad, que no puedo explicar. La verdad, es algo emocionante”.

Estando en el sistema de los Marineros, Montes comparte organización con su compatriota Randy Arozarena, con quien entrena en la Florida durante el invierno como parte de una amistad que el primero califica como “familiar”, debido a que el segundo es del Pinar del Río, de donde es la mamá de Montes.

Ahora, a Montes le toca seguirle los pasos a su amigo, quien ha brillado en postemporada (2020) y en Clásicos Mundiales de Béisbol (con México, 2023).

“Mi meta es siempre lo más alto, poder llegar a Grandes Ligas y ganar la Serie Mundial”, dijo Montes.