Debacle de Mets tiene la lucha por el tercer Comodin de la L.N. al rojo vivo

4:22 PM UTC

FILADELFIA -- El único respiro para los Mets la noche del miércoles llegó mucho antes del primer lanzamiento. En el clubhouse de visitantes del Citizens Bank Park, un televisor estaba sintonizado con el juego vespertino en San Francisco, donde los Gigantes cayeron ante los Diamondbacks. Ese resultado aseguró que, sin importar lo que sucediera más tarde, los Mets mantendrían al menos una ventaja de 2.0 juegos en la lucha por el Comodín de la Liga Nacional.

Lo que siguió fue otra derrota desalentadora ante los Filis, esta vez por marcador de 11-3. Desde que barrieron a este mismo equipo de Filadelfia en Nueva York hace dos semanas, los Mets tienen marca de 4-9. Desde su punto más alto el 12 de junio, cuando estaban con 21 juegos por encima de .500, han jugado para 31-46 -- el cuarto peor récord en las Mayores desde entonces, sólo por encima de los Nacionales, Mellizos y Rockies.

En ese tramo, los Mets (76-70) se han convertido en presa potencial tanto para los Gigantes como para los Rojos (ambos con marca de 74-72), que están a 2.0 juegos en la lucha por el Comodín. Ninguno de esos dos equipos ha jugado particularmente bien últimamente, pero el bajo rendimiento de Nueva York ha hecho irrelevante ese detalle.

“Tenemos un buen equipo”, dijo el campocorto puertorriqueño Francisco Lindor. “La realidad es que no hemos jugado al nivel que todos esperamos aquí dentro”.

Aunque nadie en el clubhouse tiene una respuesta clara de por qué ha ocurrido esto, lo cierto es que ha ocurrido, de manera evidente. Con 16 partidos restantes en el calendario, los Mets han llegado a un punto de urgencia. Si quieren mantenerse en zona de postemporada, deben elevar su nivel, sin más.

Eso no ocurrió el miércoles. El abridor de los Mets, Clay Holmes, permitió que cinco de los primeros seis bateadores que enfrentó se embasaran, incluyendo dos golpeados, uno de ellos Max Kepler con las bases llenas. Aunque el derecho luego logró estabilizarse por un momento, Nueva York nunca se recuperó. El piloto venezolano Carlos Mendoza mantuvo a Holmes hasta el quinto episodio, y luego dejó al relevista dominicano Gregory Soto enfrentar a 10 bateadores, cuatro de los cuales anotaron durante un ataque en la sexta entrada.

“Nada parece funcionar para nosotros”, comentó Mendoza.

Para el octavo episodio, ambos equipos ya estaban descansando a sus titulares en preparación para el cierre de la serie la noche del jueves, que cada vez más luce como un partido imprescindible para los Mets.

A estas alturas, todos lo son.

“Estos juegos significan mucho”, dijo Holmes. “No podemos darnos el lujo de cometer estos errores”.

Después del encuentro, Lindor expresó que “ojalá tuviéramos las respuestas” sobre por qué Nueva York no ha podido tomar control de la carrera por el Comodín -- y mucho menos de la división, que prácticamente se les escapó hace días, con una desventaja de 10.0 juegos frente a los Filis (86-60). Los Mets cuentan con una de las nóminas más costosas en la historia de Grandes Ligas. No han sido afectados por una ola de lesiones ni por grandes infortunios. Simplemente no han logrado ejecutar con consistencia desde abril.

La buena noticia para los Mets es que el tiempo, por ahora, juega a su favor. Aunque los Gigantes y Rojos están pisándoles los talones, con los Diamondbacks (73-74) y Cardenales (72-75) un poco más atrás, ninguno de esos equipos ha logrado la racha necesaria para rebasar a Nueva York. Con dos semanas y media restantes en la temporada regular, probablemente uno de ellos tendría que jugar casi a la perfección para alcanzarlos.

Pero si los Mets continúan perdiendo a este ritmo, todo será mucho más fácil para la competencia.