Un Miguel Vargas con más musculo aspira a mantenerse fuerte en el 2025

GLENDALE, Arizona -- Al cerrar la temporada 2024, una campaña en gran parte decepcionante para el cubano Miguel Vargas tras llegar a los Medias Blancas vía cambio desde los Dodgers, el gerente general Chris Getz tenía instrucciones claras para su tercera base de 25 años.

“Le dije: ‘Miguel, no quiero ni reconocerte físicamente cuando llegue el entrenamiento primaveral’”, comentó Getz durante el reciente día de prensa de la Liga del Cactus. “Hizo el trabajo. … No solo luce bien físicamente, sino que también ha hecho cambios significativos en su swing que esperamos se traduzcan en producción”.

Vargas fue la pieza central para los Medias Blancas en el cambio de tres equipos y ocho jugadores el 29 de julio, que envió a dos prospectos del cuadro interior, el arubieano Alexander Albertus y el dominicano Jeral Pérez, junto con el veterano, a Chicago. Sin embargo, el desempeño ofensivo de Vargas fue difícil tras el traspaso: Vargas bateó apenas .104 en 157 visitas al plato con los Medias Blancas, conectando solo dos jonrones y tres dobles entre sus 14 imparables”.

Parte de sus problemas estuvieron relacionados con la condición física, aunque no porque estuviera fuera de forma, sino por haber perdido demasiado peso. Durante el 2024, Vargas rebajó entre 12 y 14 libras, lo que le hizo prometer mejorar ese aspecto de su preparación. Al presentarse al campamento primaveral, había sumado 20 libras de masa muscular en su cuerpo de 6 pies 2 pulgadas.

“Ese era un objetivo principal: hacerme más fuerte, ganar unas libras en mi cuerpo y tratar de estar saludable y fuerte al final del año”, dijo Vargas antes de los entrenamientos del viernes en Camelback Ranch. “No me daba cuenta de lo importante que es el cuerpo y lo fundamental que es cuidarlo.

“Ahora, este año, entiendo un poco más sobre eso. Les di mi palabra de que mejoraría en ese aspecto, y creo que mi palabra es muy importante. Ellos saben que estoy completamente comprometido con esto. Siento que aún puedo mejorar, pero me gusta el punto en el que estoy ahora”.

Estos cambios se dieron gracias a que Vargas pasó más tiempo en el gimnasio, adoptó una mejor rutina alimenticia y comenzó a comer de manera más balanceada y en mayor cantidad, algo que para muchos podría sonar como un sueño.

También ha trabajado en ajustes dentro de su swing, enfocándose en mejorar su velocidad con el bate. Una de sus prioridades es ser más efectivo en la parte alta de la zona contra rectas rápidas, después de registrar un valor de carrera de -6 con un promedio de .138 y slugging de .275 contra rectas de cuatro costuras la temporada pasada, según Statcast.

Con estos cambios físicos y mecánicos, Vargas espera obtener mejores resultados en el 2025.

“Sí, sin duda. Me siento fuerte cuando voy al plato”, dijo Vargas. “Me siento muy fuerte, me siento mucho mejor. Creo que eso me va a ayudar. Pude aprender mucho, entender qué estaba pasando y trabajar de la manera correcta para que no vuelva a ocurrir”.

“No tuvo un buen comienzo, y a partir de ahí, todo empezó a complicarse”, explicó Getz. “Estaba desgastado. Y los ajustes que necesitaba hacer eran difíciles en ese punto porque físicamente no podía ponerse en la posición adecuada. Queríamos que trabajara en su fuerza y en su condición física para que pudiera hacer los ajustes indicados”.

En el aspecto defensivo, Vargas ha estado trabajando principalmente en la tercera y primera base durante la primera etapa de los entrenamientos primaverales, aunque también podría desempeñarse como bateador designado. La llegada de Josh Rojas a través de la agencia libre le da al equipo más versatilidad en el cuadro interior.

Después de haber disputado 30 partidos con los Dodgers la temporada pasada antes del cambio, Vargas ha experimentado el ambiente de un equipo con aspiraciones de campeonato. Ahora, tiene la oportunidad de desarrollarse como jugador en un equipo en reconstrucción.

“Era parte de lo que quería hacer en la temporada baja”, afirmó Vargas. “Quería dar lo mejor de mí ofensivamente y cuidar mi cuerpo. Así, cuando salgo al terreno, no tengo que pensar: ‘Podría hacer esto mejor’. Quiero llegar ahí con confianza, sabiendo que simplemente tengo que competir.

“Todos estaban contentos con cómo cambió mi cuerpo. Pero, como dije, para mí no fue algo diferente. El año pasado, al final de la temporada, les di mi palabra de que trabajaría en eso. Fue un proceso día a día tratando de cumplir mi palabra”.