Jonrón de Randy pone a Marineros a 1.0 juego de los Astros en el Oeste de la L.N.
This browser does not support the video element.
SEATTLE -- La pizarra con los resultados de otros partidos sobre el bosque izquierdo del T-Mobile Park ilustró un importante marcador final el martes pocos momentos antes de que el cañonero cubano-mexicano de los Marineros, Randy Arozarena, llegara al plato en el tercer episodio.
Los Astros acababan de ser dejados tendidos en el terreno contra los Azulejos, fijando la mesa para que Seattle se acercara a un juego de la cima de la División Oeste de la Liga Americana con un triunfo contra los Cardenales.
Arozarena entró a la caja de bateo sabiendo lo que estaba en juego, trabajó una cuenta de 2-0 con dos corredores en base y los Marineros abajo por dos carreras, luego le dio a una recta del abridor de San Luis, Matthew Liberatore, que llegó al segundo nivel de las gradas del estadio.
Se desató la locura de los espectadores. Los Marineros recuperaron la ventaja que no dejaron escapar antes de imponerse por 5-3. Y la cima se puso mucho más reñida con apenas 17 partidos restando en la campaña.
“Siento que todos lo vieron”, señaló el dominicano Julio Rodríguez sobre el marcador de otros juegos. “Ustedes lo vieron. Está ahí mismo. Hay momentos en los que uno tiene un poco de tiempo y dice: ‘Veamos cómo van los otros partidos’. Así que, todos lo ven”.
Sin embargo, Seattle no solamente estaba observando el marcador de Houston. Texas les pisaba los talones, y también salió airoso el martes para seguir a 1.5 juego detrás de los Marineros por el último Comodín de la Liga Americana.
“Sólo queremos ganar cada juego porque hay otros equipos ahí cerca, o porque quieres ir tras algo”, dijo J-Rod, quien hizo una atrapada espectacular corriendo y saltando en la franja de seguridad para el tercer out del séptimo inning.
“Esa es simplemente la realidad. Aunque digas: ‘Quizás no lo vemos’ o lo que sea. Pero la realidad es que necesitamos ganar juegos. Se siente muy bien, esa adrenalina extra. Esa presión adicional es buena, realmente buena”.
This browser does not support the video element.
El cañonazo de Arozarena tuvo una trayectoria de 405 pies y un vuelo de 6.0 segundos, según Statcast, que le dio el suficiente tiempo para tirar su bate hacia la línea de la primera base antes de que la bola rebotara contra el balcón. Luego, miró hacia la cueva del local y levantó ambos brazos como preguntando: “¿Se están entreteniendo?”
Porque efectivamente, el entretenimiento es la especialidad de Arozarena. El cuadrangular fue su 27mo de la temporada, ampliando su marca personal en esta campaña que le ameritó una convocatoria al Juego de Estrellas, y un elevado de sacrificio con las bases llenas amplió su total de remolcadas a cuatro en la jornada, a uno de su mayor cantidad esta temporada.
Estos momentos estuvieron en medio de lo que simplemente fue un gran tablazo --uno que tuvo mayor entusiasmo-- de Josh Naylor, un bambinazo de 415. Naylor ahora lleva 19 este año, que junto a sus 25 estafadas, lo tienen al borde de una temporada élite de 20-20.
“La energía, sin duda, es contagiosa”, aseguró Naylor. “Es algo que se transmite. Uno se alimenta de los demás. Es muy especial estar en esas situaciones, responder por tu equipo, emocionarte y sentir cómo el resto de los muchachos también se emocionan. Luego alguien más hace algo grande, y se emociona, y al final se crea una camaradería increíble”.
This browser does not support the video element.
Naylor, quien conectó un doble de la ventaja con las bases llenas en la victoria del lunes, ha sido una bendición desde que llegó en la Fecha Límite de Cambios, y en especial en el T-Mobile Park, donde ahora presume una línea ofensiva de .379/.438/.724 (1.162 de OPS) en 17 juegos.
También realizó una jugada defensiva clave en el noveno inning para ayudar al mexicano Andrés Muñoz a conseguir su 34to salvamento, al detener un roletazo que picaba alto y parecía destinado a los jardines, pero que terminó en el primer out. Inmediatamente después, ayudó a tranquilizar a Muñoz durante una visita al montículo al preguntarle simplemente: “¿Cuál es tu plan para más tarde hoy?”.
Fue un esfuerzo por tener “conversaciones casuales, para mantener la calma”, y otra manera de ganarse a sus nuevos compañeros y a una fanaticada que clama porque la directiva de Seattle lo retenga en la agencia libre.
“Es algo increíble de lo que ser parte”, dijo Naylor. “A veces sientes que el suelo tiembla un poco de lo fuerte que suena todo”.
Llegado este momento del año, mirar el marcador de otros juegos es inevitable. Y si los Marineros siguen ganando, serán sus partidos los que otros equipos estén observando, quizás como el club al que hay que alcanzar.