Un deslizamiento “aéreo”. Una finta. Si tan sólo hubiera sido quieto...
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Si el jardinero de los Reales, Drew Waters, hubiera llegado quieto después de lo que hizo en el juego del domingo, habría sido una de los mejores “deslizamientos” en el plato en la memoria reciente.
Con Kansas City y San Diego empatados a dos en el noveno episodio, el venezolano Freddy Fermín conectó un sencillo hacia el canal entre el jardín derecho y el central, y Waters comenzó su carrera alrededor de las bases desde la primera. Waters iba a 28.4 pies por segundo (el promedio de MLB es 27.0), pero el veterano infielder cubano de los Padres, José Iglesias, hizo un tiro de relevo perfecto al plato que llegó al receptor venezolano Elías Díaz con bastante tiempo.
Fue entonces cuando Waters intentó improvisar. Su deslizamiento inicial fue impresionante, un salto al estilo de Superman mientras giraba su cuerpo para de alguna manera evadir que Díaz lo tocara. El umpire del home no señaló nada, lo que significaba que si Waters tan sólo podía regresar y llegar al plato, pondría a los Reales al frente.
En ese momento, con Díaz bloqueando su camino, Waters se convirtió de golpe en un receptor de fútbol americano urgido de superar a un defensor rival. El mánager de los Padres, Mike Shildt, prefirió compararlo con un movimiento de baile. Waters hizo una finta que en un principio sorprendió a Díaz, pero no fue suficiente. Intentó cambiar de ruta a última hora, pero como un niño con la mano en el frasco de galletas, supo que estaba atrapado. Al fin y al cabo, fue declarado out por salirse de la línea.
“Pareció que tropezó un poco al doblar por tercera, pero no tenía a dónde ir”, dijo el catcher de los Reales, el venezolano Salvador Pérez. “El tiro obligó a Díaz a pararse directamente sobre su camino y Drew no tenía a dónde ir”.
En efecto, no tenía por dónde pasar, aunque Waters hizo todo lo posible. Y estuvo muy, muy cerca de unirse a Chris Coghlan en la cima de jugadas increíbles en el plato. Nunca es un mal momento para recordar ese acrobático salto.
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