Ballesteros consiguió su primera impulsada... y perdió un zapato en el proceso
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Cada nuevo hito que alcanza un jugador recién llegado a las Grandes Ligas es el fruto de años de arduo trabajo. Ese primer hit, jonrón o ponche en las Mayores no solamente representa el logro de una meta extraordinaria, sino también los incontables sacrificios que ese jugador tuvo que hacer en el camino.
Normalmente no hablamos de jugadores que literalmente sacrifican la ropa que llevan puesta — o los zapatos que tienen puestos, en este caso — para conseguir sus primeras carreras impulsadas en las Mayores, pero de todo hay en este deporte.
El venezoano Moises Ballesteros, el prospecto número 4 de los Cachorros según MLB Pipeline, consiguió sus primeras dos carreras impulsadas el viernes contra los Medias Blancas. Difícilmente podría haber pedido un mejor escenario para ese momento: Disputó su primer partido matutino en el Wrigley Field mientras vivía por primera vez la rivalidad entre Cachorros y Medias Blancas. Aún mejor, su primera remolcada también representó la primera carrera del juego para los Cachorros, apoyando a Cade Horton, quien hacía su segunda presentación en Grandes Ligas (y su primera apertura como abridor en MLB).
Ahora bien, el lanzador en el montículo era Shane Smith, derecho de los Patipálidos, y tiene un excelente cambio — lo cual te da una idea hacia dónde va esto. Porque el novato de 21 años hizo exactamente lo que los lanzadores buscan cuando tiran un cambio de 91.8 mph: Ballesteros se adelantó demasiado y literalmente se salió de sus zapatos.
O más bien, de su zapato —en singular.
El rodado de Ballesteros a 72.4 mph directo a la primera base probablemente no quedaría grabado en tu memoria en otras circunstancias, pero su jugada de selección permitió que Michael Busch anotara desde tercera y más adelante le abrió la puerta a Ballesteros para anotar su primera carrera, gracias a un cuadrangular de Pete Crow-Armstrong en esa misma entrada.
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Al final del día, probablemente este momento quede eclipsado por su primer hit en Grandes Ligas, que llegó más adelante esa misma tarde mientras los Cachorros apabullaban a los Medias Blancas — pero pocos jugadores pueden presumir de una primera remolcada tan encantadoramente memorable.