A Jarren Durán le encanta el Monstruo Verde. Y no nos referimos a Wally, la mascota de los Medias Rojas.
Lo que a Durán le gusta de verdad es dar batazos contra el Monstruo Verde. Y eso es lo que lo convierte en el hombre perfecto para abrir la alineación de los Medias Rojas.
Durante 81 juegos por año, el jugador de ascendencia mexicana tiene la oportunidad de “apuntarle” a la famosa y bien particular pared. Y nadie lo hace mejor que él.
“Me encanta el Monstruo Verde”, dijo Durán entre risas la semana pasada durante una visita a la sede de MLB en Nueva York. “Definitivamente, se ha convertido en mi mejor amigo últimamente. Estamos teniendo una relación bastante buena hasta ahora”.
Se escucha todo el tiempo que algunos bateadores están “hechos para su estadio”. Cada vez que los Yankees firman a un cañonero zurdo, por ejemplo, como Jason Giambi, Hideki Matsui o Curtis Granderson, inevitablemente se habla de cómo les encantará batear hacia la cercana pared del jardín derecho en el Yankee Stadium.
Pero mientras Durán y los Medias Rojas reciben a los Yankees en el Fenway Park este fin de semana, debes saber que Durán también está hecho para su estadio, pero de una manera diferente. Durán está hecho para el Fenway no porque le sea fácil conectar cuadrangulares por el bosque derecho allí, sino porque es un gran bateador de banda contraria en un estadio que presenta una oportunidad única para los zurdos con talento para dirigir la bola hacia el otro lado.
En la mayoría de los estadios, “jalar” la pelota es la forma más fácil de conseguir extrabases. Hay muchos más bateadores de poder que suelen darle a la bola hacia su mano que cañoneros que se van por la banda contraria. Pero ése no es el estilo de Durán.
“Todo el mundo siempre me dice, ‘Simplemente jala la pelota’, y yo les digo, ‘Ése no es mi estilo’”, recordó Durán. “Veo lo corta que es. Y pienso, ‘Ojalá pudiera simplemente darle hacia mi lado y mandar la bola por ahí’. Pero, por supuesto, uso la parte más grande del terreno, la banda contraria”.
Su capacidad para batear hacia la zona opuesta del terreno es lo que convirtió a Durán en una revelación el año pasado. Y en el Fenway Park, la banda contraria no es la parte más espaciosa del terreno. Es simplemente la parte más “alta”. Eso, en realidad, le favorece a Durán.
¿Quién necesita a alguien que mande batazos por encima del Monstruo Verde cuando tienes a alguien que choca con tanta frecuencia al gigantesco muro? Especialmente cuando ese alguien es un corredor dinámico como Durán, quien nunca duda en encender los motores y tomar la base extra tan pronto como ve que un batazo suyo está destinado a chocar con la célebre pared del jardín izquierdo del Fenway.
Durán es una máquina de extrabases. Específicamente, una máquina de dobles y triples. Encabeza a todos los bateadores con 87 dobles/triples desde el inicio de la temporada pasada. Terminó primero el año pasado en ambas ligas con 62, y está empatado en el liderato de MLB nuevamente este año con 25.
Más dobles/triples desde el 2024
1. Jarren Durán: 87
2. Bobby Witt Jr.: 81
3. Shohei Ohtani: 61
4-E. Freddie Freeman: 59
4-E. Elly de la Cruz: 59
Una gran parte de esos dobles y triples han chocado con el Monstruo, 26 de ellos en total. Se trata de una cantidad increíble de batazos contra la pared del parque de los Medias Rojas.
Ningún otro jugador de los Medias Rojas se acerca ni remotamente al total de batazos contra el Monstruo Verde que ha sumado Durán en las últimas dos campañas. El dominicano Rafael Devers también sabe aprovechar el Monstruo, a la vez que Alex Bregman ha mostrado buenos instintos para usarlo en su primera temporada en Boston — está acostumbrado a jalar la bola hacia un muro alto y poco profundo en el jardín izquierdo, después de años bateando hacia los Crawford Boxes en Houston como integrante de los Astros. Pero ninguno lo hace con la frecuencia con la que lo hace Durán.
Y no se trata sólo de los Medias Rojas. Desde el 2024, Durán ha sido el jugador de Grandes Ligas que más bolas ha bateado contra el muro, según datos de seguimiento de Statcast — por encima de toleteros como Aaron Judge y los dominicanos Juan Soto, Marcell Ozuna y Vladimir Guerrero Jr. (Un recordatorio: solamente contra la pared, no por encima de ella.)
Y Durán tiene, por mucho, la mayor cantidad de imparables contra el muro en su propio estadio que cualquier otro jugador en MLB, superando a Devers, Vlad Jr., Witt Jr. y el quisqueyano Oneil Cruz.
La conclusión es ésta: Cuando Durán eleva la bola hacia el jardín izquierdo en el Fenway, siempre que llegue a la pared, es casi seguro que él terminará quieto en la segunda base, como mínimo. Eso es así, sin importar qué tan bien el jardinero logre jugarle a la pared... lo cual, en el Fenway, es notoriamente difícil.
“Para mí, es bueno porque [tan pronto como bateo hacia el lado opuesto] pienso, ‘Ojalá saque un doble de esto’”, dijo Durán. “A veces te preguntas, ‘Si le pego muy fuerte y la bola rebota justo hacia ellos, ¿podré llegar a segunda?’ Pero de todos modos, siempre trato de darle para adelante. Cada vez que bateo de ese modo — incluso cuando siento que no le di bien — pienso, ‘Va a pegar contra el Monstruo y ojalá consiga un doble aquí’”.
Pero no es que sea sólo un “especialista en el Fenway Park”. Durán también consigue bastantes extrabases como visitante. Simplemente es un bateador diferente en el Fenway.
“En el Fenway, si le pego al Monstruo, probablemente no sea un triple”, dijo Durán. “Pero cuando estoy bateando en el Fenway, obviamente trato de sacar un doble, y después leo si el jardinero la fildea bien contra la pared o no, para ver si puedo extenderlo a triple. En otros estadios, sólo si le doy al lugar correcto, al canal, tal vez pueda llegar a tercera”.
Como visitante, Durán tiene la capacidad de convertir un batazo al hueco en un doble o triple si la pelota llega a la pared. Por eso, muchos de sus extrabases fuera de Boston van hacia el jardín central o por la raya. En casa, basta que con eleve la bola con algo de fuerza hacia el bosque izquierdo, y el Monstruo Verde se encarga del resto.
“Eso encaja con mi estilo de juego”, dijo Durán, “así que siempre termina funcionando para mí”.