Machado remolca cinco y Padres apalean a unos Dodgers sin pitcheo

11 de junio de 2025

SAN DIEGO -- El lunes ofreció otro capítulo épico entre Padres y Dodgers. Los dos pesos pesados de la Liga Nacional reanudaron su rivalidad con un emocionante duelo que se extendió a 10 innings. En un juego con tantos giros, hubo múltiples razones por las que San Diego terminó del lado perdedor.

Pero la más clara fue simple: los Padres se quedaron sin brazos. Nick Pivetta sólo duró cuatro entradas esa noche, pero el problema iba mucho más allá. En los primeros 11 juegos de esta extenuante racha de 27 días, sólo en dos ocasiones un abridor había alcanzado seis episodios (Pivetta, ambas). El bullpen de los Padres ha estado excesivamente exigido.

Tras la derrota, el piloto Mike Shildt fue inusualmente directo al hablar sobre su rotación, algo poco común en alguien tan positivo como él.

“Estamos forzando, ensamblando piezas y compitiendo al mismo tiempo”, dijo Shildt. “Pero vamos a necesitar más profundidad de nuestros abridores”.

Y ahí apareció .

El derecho de los Padres volvió a su mejor forma la noche del martes, y San Diego respondió con contundencia, empatando la serie con una victoria de 11-1 sobre los Dodgers, su triunfo más abultado sobre L.A. en 20 años. El venezolano Luis Arráez y conectaron tres hits cada uno, y el puertorriqueño Martín Maldonado aportó un jonrón.

Para ganar el martes, los Padres no necesitaban una versión dominante de Cease. Pero Cease sí estuvo dominante: ponchó a 11 bateadores de los Dodgers en siete entradas en blanco, permitiendo apenas tres hits (todos sencillos). Más allá del impacto inmediato, su actuación tuvo efectos que trascienden una sola noche.

“Eso llegó en el momento justo”, comentó Shildt después del juego, “por razones obvias”.

Los Padres están en el día 12 de una serie de juegos que tenían marcada en el calendario desde hace tiempo. En total, disputarán 26 encuentros en 27 días, muchos de ellos frente a contendientes directos (incluyendo siete ante los Dodgers). Es, sin duda, el peor momento para que su bullpen esté sobrecargado por aperturas cortas.

Cease lo sabía. Y una salida como esta permite reiniciar por completo esa carga.

“Si puedes darle un respiro al bullpen o ayudar a preservar brazos, haces al equipo más fuerte”, dijo Dylan Cease. “Hoy definitivamente era importante”.

También lo fue a nivel personal. Sin rodeos: ha sido un año complicado para Cease. Dos veces ha terminado entre los cinco finalistas al Premio Cy Young, pero comenzó la jornada del martes con efectividad de 4.72, la quinta más alta entre los pitchers que califican en la Liga Nacional. Mientras tanto, las lesiones han afectado la rotación de los Padres, con el estado de Michael King y Yu Darvish aún incierto.

“Ha sido frustrante”, admitió Cease. “No es divertido no estar contribuyendo. Estoy trabajando constantemente. Todavía queda mucha temporada. Espero poder tener un gran impacto”.

Y si esta salida marca el inicio de eso, Cease no pudo haber elegido un mejor momento. Su próxima apertura, presumiblemente, también será contra los Dodgers. Con la victoria del martes, los Padres se colocaron a sólo 1.0 juego de L.A. en la tabla de posiciones, empatados en derrotas con Dodgers y Gigantes.

Además, gracias a la ofensiva desatada, el bullpen de San Diego finalmente recibió un merecido descanso luego de 10 días consecutivos de juegos cerrados. Y tendrá otro respiro el jueves con un día libre en el calendario. Los Padres podrán afrontar el cierre de serie del miércoles con un relevo mayormente fresco.

“Ese es Cease, hermano — salió a dominar”, dijo Manny Machado. “Lanzó la bola muy bien. Necesitábamos eso de él. … Será clave para nosotros de aquí en adelante”.

Tal vez fue una especie de declaración por parte de Cease el hecho de que su repunte llegara precisamente contra… ellos. No, no ha sido él mismo esta temporada. En realidad, no ha vuelto a ser el mismo desde la derrota ante los Dodgers en el Juego 4 de la Serie Divisional de la Liga Nacional. Ese día, Cease apenas enfrentó a 10 bateadores, y los Padres dejaron escapar la oportunidad de avanzar en casa.

Es difícil echarle toda la culpa por esa apertura, dadas las circunstancias. Era su primera apertura en Grandes Ligas con sólo tres días de descanso. Los Padres lo necesitaban, luego de la lesión en el codo de Joe Musgrove en la Serie de Comodines. Aun así, Cease tuvo que cargar con ese desenlace durante toda la temporada baja.

Pero tras su actuación del martes, ante el mismo equipo que le puso fin a su 2024, Cease aseguró que no estaba haciendo conexiones con el pasado.

“En realidad, sólo quiero vencer a cada equipo contra el que lanzo, para ser sincero”, expresó Cease. “El año pasado no terminó bien para mí. Pero eso fue el año pasado. Lo dejé atrás, y en esta apertura decidí ser agresivo y mantenerme comprometido con eso”.