Los truenos y los relámpagos no son nada nuevo en los estadios de béisbol. De hecho, en algunas partes de los Estados Unidos, las tormentas eléctricas de verano son bastante comunes.
Pero lo que ocurrió durante un juego entre las Mareas de Norfolk (filial Triple-A de los Orioles) y los Camarones Jumbo de Jacksonville (Marlins) en el Vystar Ballpark el martes no fue nada común.
¿Alguna vez has oído hablar de un "balk por trueno"?
Bueno, añade ese término a tu léxico de béisbol, porque es una realidad. Eso quedó demostrado en la parte baja de la primera entrada, cuando el abridor de Norfolk, el dominicano Roansy Contreras, comenzaba su mecánica hacia el plato contra Graham Pauley de Jacksonville. Mientras Contreras levantaba la pierna desde la posición de set y estaba a punto de soltar la pelota, un estruendoso trueno retumbó en todo el estadio y Contreras... bueno, hizo lo que cualquiera de nosotros haría: Cometió un balk.
A un corredor de Jacksonville que estaba en tercera base se le concedió el home, y los Jumbo Shrimp anotaron su primera carrera.
El manager de los Tides, Tim Federowicz, salió a discutir con el umpire del plato, quien sentenció el balk. Aunque la situación fue inusual, por decir lo mínimo, un balk es un balk, incluso si ocurre mientras temes por tu vida.
Sin embargo, Contreras no dejó que el extraño incidente le robara el protagonismo: Permitió tres carreras en cinco entradas y se llevó su quinta victoria de la temporada, con el triunfo de Norfolk por 9-5.