El dominicano Ramón Laureano es un bateador diferente en el 2025. También es muy parecido al bateador que fue en el 2019, cuando tuvo la mejor temporada ofensiva de su carrera antes de registrar una línea de .225/.309/.392 en las siguientes cuatro campañas.
A veces, lo viejo vuelve a ser nuevo.
Y eso es lo que ha convertido a Laureano quizás en la mejor adquisición de la Fecha Límite de Cambios de este año.
Cuando el gerente general de los Padres, A.J. Preller, buscaba formas de mejorar el roster de San Diego a medida que se acercaba la fecha límite del 31 de julio, Laureano se destacó por varias razones.
“Es un muchacho que estaba rindiendo bien y tiene la capacidad de jugar en múltiples posiciones de los jardines, y siempre hemos recibido buenos informes sobre su competitividad y carácter, su amor por el juego”, comentó Preller sobre la decisión de adquirir a Laureano, junto con Ryan O’Hearn, desde los Orioles.
“Y ha sido capaz de salir de la banca, batear en diferentes lugares de la alineación. Ha estado en la lucha por el banderín. Por todas esas razones, se ubicó bastante alto en la lista de jugadores que estábamos considerando”.
Y si hicieras una lista de aquellos que fueron cambiados antes de lafFecha límite por cómo han rendido desde que se unieron a sus nuevos equipos, probablemente estaría en la cima.
Desde que se puso el uniforme de los Padres, Laureano —conocido hasta este punto de su carrera principalmente por su estelar defensa en los jardines— batea .298/.357/.539 con ocho vuelacercas en 38 juegos al comenzar la jornada del viernes, ayudando a impulsar la búsqueda de los Padres por su primer título divisional en 19 años. Y antes de eso, tuvo un OPS de .884 con 15 cuadrangulares para Baltimore.
Está en camino a registrar sus mejores marcas de por vida en tasa de batazos fuertes, promedio de macetazos, promedio de bateo esperado, slugging esperado, promedio de embasado ponderado esperado y tasa de ponches. Y de todos los meses de su carrera, cuatro de los cinco mejores en términos de xwOBA son del 2025.
¿Qué tanta diferencia ha hecho para San Diego?
Hasta el 31 de julio, los Padres ocupaban el puesto 26 en las Mayores en wRC+ de sus patrulleros izquierdos (74). Desde entonces, son el Nro. 1 (186).
Un juego de ajustes
Comenzó en el lapso de cuatro días, del 25 al 29 de mayo del 2024.
Ese fue el período en el que Laureano tuvo que mirarse al espejo y decidir qué pasaría después.
“Acababa de ser dejado en libertad por Cleveland”, recordó. “Así que yo estaba como, ‘Lo que sea. Es lo que es’. Y luego pensé, déjame hacer esto”.
“Esto” era hacer cambios significativos en su enfoque en la caja de bateo.
Cuando los Bravos lo firmaron el 29 de mayo de la temporada pasada, poco sabían ellos —o Laureano— que sería un hombre diferente en el plato.
¿El secreto del rejuvenecimiento de Laureano?
“Agarrar el bate más arriba”, explicó con una sonrisa.
Bueno, no sólo eso, pero agarrar el bate más arriba ha sido una parte importante de lo que lo ha hecho tan exitoso este año.
También lo ha sido pararse más profundo en la caja de bateo y más lejos del plato, así como cerrar su postura.
En el 2023, la ubicación de Laureano en la caja de bateo de los derechos estaba a 25.9 pulgadas del frente del plato, en promedio. Esta temporada, ha promediado 30.4 pulgadas de profundidad.
En el 2023, Laureano estaba, en promedio, a 27.7 pulgadas del home. Este año, promedia 31.5 pulgadas. También ha reducido la distancia entre sus pies en la caja de 27.7 pulgadas a 17.7, y está más erguido.
“No podía ver los sliders afuera contra los derechos”, comentó el quisqueyano sobre por qué se alejó del plato, algo que implementó este año. “Por eso mi porcentaje de swings a pitcheos malos estaba alto [antes]”.
De hecho, su porcentaje de swings a pitcheos malos ha disminuido drásticamente, de 30.4% en el 2024 a 24.4% en el 2025.
Con la tasa de swings a pitcheos malos a la baja, está más a menudo adelante en la cuenta. Y ha capitalizado en ese escenario.
“Creo que estoy entre los cinco mejores de la liga en OPS en cuentas de bateador”, señaló Laureano.
Tiene razón. De hecho, está empatado en el cuarto lugar: su OPS de 1.355 cuando está adelante en la cuenta sólo está por detrás de Shohei Ohtani, Nick Kurtz y Aaron Judge (al comenzar la jornada del jueves; mínimo 100 veces al bate que terminaron cuando el bateador estaba adelante en la cuenta).
OPS cuando está adelante en la cuenta – 2025
(mínimo 100 veces al bate en esta situación)
1. Shohei Ohtani, Dodgers -- 1.421
2. Nick Kurtz, Athletics -- 1.382
3. Aaron Judge, Yankees -- 1.363
4-E. Ramón Laureano, Padres -- 1.355
4-E. Wilyer Abreu, Red Sox -- 1.355
La posición más profunda de Laureano en la caja de bateo ha cambiado su punto promedio de intercepción, el punto en el que hace contacto (o, si falla, el punto en el que su bate está más cerca de la bola). En el 2023, su intercepción promedio fue de 7.5 pulgadas por delante del plato. Esta temporada, es de 2.2 pulgadas por delante.
En otras palabras, está dejando que el lanzamiento llegue más profundo antes de hacer swing como resultado de moverse hacia atrás en la caja. Eso le brinda otra ventaja: Una fracción de segundo más para tomar una decisión de swing.
El cambio en la profundidad y la distancia de la caja de bateo es perceptible a simple vista. Pero el hecho de que ha cerrado su postura es menos obvio, aunque no trivial.
En el 2023, el ángulo de la postura de Laureano se consideraba “abierto” a cero grados. En el 2025, está en un ángulo de cinco grados hacia el plato.
Dijo que fue el resultado de un desvío gradual e inconsciente de lo que había sido una postura cerrada al principio de su carrera.
“No sabía lo que estaba haciendo, hombre. Ni idea”, confesó Laureano. “Por alguna razón, pensé que tenía que mover las caderas más rápido, y estaba aterrizando abierto. La parte superior de mi cuerpo estaba de frente al coach de primera base. Ahora, está de frente al dugout de primera base”.
Y luego hay un cambio que enorgullecería a Barry Bonds.
“Si agarras el bate más arriba, tienes más control de la maceta”, dijo Laureano.
Simple, y en este caso, transformador.
Los dividendos de la reinvención
El hecho de que Laureano hiciera el tipo de “búsqueda introspectiva beisbolera” que a veces se necesita para rejuvenecer una carrera es una de las razones por las que Preller y compañía lo adquirieron.
Es un proceso que demuestra el temple de un jugador frente al fracaso.
“Ha sido bueno verlo”, aseguró Preller. “Lo ves con el bate de mango de hacha, agarrado arriba, alejado del plato. Obviamente está en un buen momento en términos de jugadores que descubren lo que les funciona y que tienen que reinventarse un poco”.
Ya saben lo que dicen: la necesidad es la madre de la invención, o en este caso, de la reinvención.