
El venezolanoMoises Ballesteros es uno de los prospectos de bateo más precoces y talentosos del béisbol, pero también presenta una especie de dilema sobre su desarrollo.
Ballesteros ha tenido éxito dondequiera que ha jugado, luego de llegar a Triple-A a mediados de su temporada del 2024 a los 20 años de edad y ubicándose segundo en promedio de bateo (.368) en la Liga Internacional esta primavera como el tercer jugador calificado más joven. Pero su ofensiva está muy por delante de su defensa detrás del plato y el joven no parece estar listo para la receptoría a nivel de Grandes Ligas de forma regular.
Entonces, ¿qué hacer cuando Ballesteros no tiene nada más que demostrar en las menores con su bate, pero aún necesita pulir considerablemente sus habilidades para recibir, bloquear y tirar? La lesión en el oblicuo de Ian Happ les dará a los Cachorros la oportunidad de ver cómo el juego ofensivo de Ballesteros se trasladará a las Mayores, sin requerir que pase mucho tiempo, si acaso alguno, recibiéndoles a lanzadores de Grandes Ligas.
Los Cachorros, líderes de la División Central de la Liga Nacional, colocaron a Happ en la lista de lesionados de 10 días antes de su partido del martes contra los Marlins y lo reemplazaron en el roster con Ballesteros. El bateador designado habitual, Seiya Suzuki, ha sustituido a Happ (tres veces ganador de un Guante de Oro) en el jardín izquierdo, con Justin Turner, de 40 años, obteniendo turnos extra como designado en medio de su peor temporada desde que se convirtió en un jugador regular de Grandes Ligas en el 2011. No está claro si Ballesteros se alternará con Turner (derecho) o si obtendrá la mayoría de las oportunidades como bateador designado, independientemente del abridor contrario.
Ballesteros se hizo profesional después de firmar en el 2021 por US$1.2 millones – el segundo bono más grande entre todos los receptores del grupo internacional de ese año. Inmediatamente, se destacó por su control de la zona de strike al bate, ubicándose 12do en general y cuarto entre los jugadores de 17 años en la Liga Dominicana de Verano de nivel Novato con una proporción de 31 bases por bolas y 24 ponches (BB/K) en su debut profesional.
Clasificado como el Nro. 61 en la lista actualizada de los 100 Mejores Prospectos de MLB Pipeline, Ballesteros posee un elegante y rápido swing zurdo que se traduce en una habilidad avanzada de contacto. Su inclinación por hacer contacto con contundencia resultó en ascensos a Clase-A a los 18 años, Doble-A a los 19 y Triple-A a los 20. Ha registrado una línea de bateo de .288/.371/.459 en 386 juegos como profesional, a pesar de ser siempre uno de los bateadores más jóvenes en su liga. Sólo 41 de sus 1,578 veces al bate han sido contra lanzadores menores que él.
Ballesteros también está desarrollando más poder a medida que gana experiencia. Está haciendo un mejor trabajo al halar la bola y elevarla, mostrando la capacidad de conectar la pelota hacia todas las bandas y producir 20 jonrones o más por año. Su única debilidad en el plato es su tendencia a hacer swing a lanzamientos fuera de la zona contra todo tipo de pitcheos, especialmente rectas. Aunque eso no siempre se traduce en ponches, a veces sí genera contacto de poca calidad y una reducción en su cantidad de bases por bolas.
La mayor interrogante es si Ballesteros puede mantenerse como receptor a largo plazo y cómo conseguirle las repeticiones necesarias detrás del plato para mejorar, cuando su ofensiva está tan por delante de su defensa.
El bate y el juego general de Ballesteros le han valido algunas comparaciones con el mexicano Alejandro Kirk, pero éste es un receptor muy superior a la defensa. En 94 partidos como receptor durante los últimos dos años, Ballesteros ha cometido 12 errores y ha acumulado 15 passed balls, permitiendo 114 robos en 130 intentos (88 por ciento). Muestra destellos de sólida fuerza en el brazo, pero ésta se ve disminuida debido a su lento juego de pies y de transferencia.
Debido a que Ballesteros tiene una velocidad muy por debajo del promedio, la inicial y el puesto de BD son sus únicas otras opciones, por lo que ofrecerá mucho más valor si puede permanecer en la receptoría. Ha visto acción periódica en la inicial, donde carece de alcance y confiabilidad, y nadie de 5 pies y 8 pulgadas (1.72 metros) o menos ha disputado 100 encuentros en una temporada de Grandes Ligas en esa posición desde Joe Judge en 1930.
Ballesteros tiene el talento suficiente para encajar directamente en la ofensiva más anotadora de la Liga Nacional. Si consigue 300 turnos al bate este año con los Cachorros, es capaz de batear para .275/.330/.450 con 10 cuadrangulares. Mientras más productivo sea, más tentador será mantener su bate en la alineación y más difícil será darle entradas para mejorar su defensa.