Cuando Mookie Betts se acercó al plato en la cuarta entrada el 28 de marzo — su segundo juego tras regresar de la enfermedad que lo hizo perder 20 libras y lo obligó a perderse la Serie de Tokio— la transmisión televisiva de los Dodgers compartió un dato interesante.
“Está midiendo su recuperación con algo más que la pesa", dijo Joe Davis de SportsNet LA. "También lo está midiendo con la velocidad de su swing”.
Durante los Entrenamientos Primaverales, Betts alcanzaba velocidades de swing de hasta 74 millas por hora. En su punto más débil, mientras atravesaba la enfermedad y la pérdida de peso, apenas lograba un máximo de 68 mph. El promedio de velocidad de swing en las Grandes Ligas es ligeramente inferior a 72 mph — y cada milla por hora adicional equivale aproximadamente seis pies extras de distancia en un batazo elevado.
Para un bateador como Betts, explicaron Davis y su compañero Orel Hershiser, cada milla por hora adicional en la velocidad de su bate marca una diferencia. Betts nunca ha sido uno de los bateadores con el swing más rápido de la liga, pero sí posee un control élite del bate. Aun así, necesitaba generar suficiente velocidad para que ese control fuera efectivo.
“Eso es lo que lo hace [un gran bateador]”, dijo Davis. “No es la velocidad del bate — no es élite, pero es lo suficientemente buena combinada con la precisión de bateo de la que estamos hablando. Y simplemente le da bien a la bola… Muchos de sus jonrones apenas superan la cerca, pero son jonrones al fin”.
Ésa es la clave: Le da bien a la pelota. Y eso apunta a un concepto importante sobre el poder al bate en el béisbol actual, y a la razón por la que Betts — y otros bateadores de menor tamaño como él — pueden conectar muchos cuadrangulares sin necesidad de tener la estatura ni la velocidad del swing de Aaron Judge o Shohei Ohtani.
Mookie Betts no tiene una velocidad de swing élite. Mookie Betts es un bateador élite. Lo que tiene es un control del bate de élite… y sabe cómo usarlo: Para jalar la bola por el aire.
El poder al jalar la bola, por supuesto, no es un fenómeno nuevo en el béisbol. Pero hoy en día, es algo que los toleteros modernos buscan más que nunca. No todos pueden ser jonroneros hacia todos los sectores del terreno. El “contacto aéreo hacia el lado de jalar” es una habilidad que se puede adquirir, y desarrollar ese enfoque puede convertir en amenaza de bambinazo a un jugador que nunca lo habría sido enfocándose solamente en batear hacia el centro o hacia la banda contraria.
Con la gran cantidad de datos sobre velocidad de bateo que ahora se recopilan en las Grandes Ligas — y considerando que la cima de esa lista está repleta de nombres como Judge, Ohtani, Giancarlo Stanton y el cubano Yordan Álvarez— observar los elevados jalados ayuda a explicar cómo bateadores como Betts, el dominicano José Ramírez, el venezolano José Altuve, Alex Bregman y el puertorriqueño Francisco Lindor siguen siendo cañoneros sin tener el tamaño ni la velocidad de bate prototípicos.
Ese quinteto estelar ha cimentado su estrellato en la capacidad de jalar la bola por el aire. Los cinco están entre los primeros 10 en cuadrangulares jalados en la era de Statcast. Los cinco han dado más de 150 jonrones jalados en la última década. Y todos han disparado al menos el 75% de sus vuelacerca hacia el lado de jalar.
Baseball Savant ahora cuenta con una tabla de clasificación de perfiles de batazos, donde se pueden rastrear las tendencias de cualquier bateador desde el inicio de la era de Statcast en el 2015. Para bateadores como Betts, Ramírez, Altuve, Bregman y Lindor, estos datos resultan especialmente reveladores.
Las cinco estrellas miden menos de seis pies de estatura y pesan menos de 200 libras: Betts mide 5 pies 10 pulgadas y pesa 180 libras; Ramírez, 5’8” y 190 libras; Altuve, 5’6” y 167 libras; Bregman, 5’11” y 190 libras; y Lindor, 5’10” y 190 libras. No tienen el físico típico de un toletero de Grandes Ligas, y sin embargo, todos han tenido múltiples temporadas con 30 jonrones.
De manera similar, ninguno figura entre los primeros puestos en cuanto a velocidad del swing. La temporada pasada, Lindor tuvo la mayor velocidad del bate del grupo, con 72.4 mph, lo cual está por encima del promedio de MLB, pero lejos de lo que registran otros toleteros como su compañero de equipo en los Mets, Pete Alonso, por ejemplo (75.2 mph). Ramírez fue el siguiente con 71.5 mph, seguido por Bregman con 71.3 mph, Altuve con 69.4 mph y Betts con 69.0 mph.
Y aun así, Lindor (33) quedó apenas un cuadrangular por detrás de Alonso (34) en el 2024. Ramírez casi se une al club 40-40, terminando con 39 vuelacercas. Betts dio más jonrones que Ohtani en la postemporada y ha promediado 37 cuadrangulares por cada 162 partidos desde que llegó a Los Ángeles. Altuve y Bregman, por su parte, terminaron con más de 20 jonrones en la misma campaña por tercera vez como compañeros en los Astros, antes de que Bregman partiera a los Medias Rojas en el invierno.
Ese poder jonronero se explica por los elevados jalados. En ese tipo de clasificación sí suelen figurar Betts, Ramírez, Altuve, Bregman y Lindor entre los primeros lugares.
El porcentaje de contactos elevados hacia el lado de jalar (incluyendo elevados, líneas y elevados de foul) ha aumentado de manera constante en la última década. En toda la era de Statcast, el 16.6% de los batazos son elevados jalados. Desde el 2020, ese número ha subido al 17.3%. Y en el 2024, llegó al 17.8%. Pero los toleteros de menor tamaño como Betts y compañía se mantienen por delante de las tendencias.
- Desde que Betts se unió a los Dodgers en el 2020, casi una cuarta parte de sus batazos han sido elevados jalados. Eso lo ubica cerca del 10% superior entre los bateadores calificados en ese período. En el 2023, cuando disparó un récord personal de 39 bambinazos, su porcentaje de elevados jalados también alcanzó un máximo en su carrera con un 28.4%, una de las 10 cifras más altas de Grandes Ligas ese año.
- Desde la temporada revelación de Ramírez en el 2017, la estrella de los Guardianes tiene un porcentaje de bolas jaladas al aire del 28.2%, el tercer mayor entre cualquier bateador y sólo por debajo de Joey Gallo y Adam Duvall. Ya sea bateando como zurdo (29.0%) o como derecho (26.5%), Ramírez sobresale en jalar la bola al aire. Varios bateadores ambidiestros tienen mayor trueno de un lado, pero Ramírez demuestra poder desde ambos lados -- en su carrera lleva slugging por encima de .500 tanto como bateador derecho como zurdo.
- Altuve se ha convertido en un bateador de mayor poder jalando la bola en la última mitad de su carrera con los Astros. Durante las últimas cuatro campañas del 2021 al 2024, mientras promediaba 24 cuadrangulares por año, Altuve fue uno de los 11 bateadores que califican que jalaron la bola por el aire por lo menos el 25% de las veces. Especialmente aprovecha la corta distancia de la cerca de los Crawford Boxes en el jardín izquierdo de Houston, con una tasa de bolas jaladas por el aire del 26.7% en casa, entre las más altas de las Mayores.
- Bregman, Altuve's longtime teammate in Houston, has been one of the most consistent pulled airball hitters in baseball over his career. He's pulled at least 20% of his contact in the air nine times in 10 big league seasons, including in 2025 so far with Boston. Bregman's peak was from 2018-22, when he averaged 30 homers per 162 games and over 25% of his contact was pulled airballs in every full season (excluding 2020). Bregman's career pulled airball rate of 23.4% is one of the highest of the Statcast era.
- En las primeras dos temporadas de Lindor con los Mets, "apenas" conectó 20 y 26 bambinazos. Pero ha seguido eso con campañas consecutivas de más de 30 en el 2023 y el 2024. Eso fue impulsado por un aumento en su tasa de bolas jaladas al aire del 18.3% en las primeras dos campañas al 24.0% en las últimas dos. Y debido a que el boricua pone muchas bolas en juego en general, y eleva esas bolas hacia el lado para jalarlas, esa combinación de calidad y cantidad de contacto resulta en una gran cantidad de cuadrangulares extras.
La manera más fácil de jalar la bola al aire es golpearla "al frente" -- es decir, hacer contacto con el lanzamiento delante de tu cuerpo, y frecuentemente delante del plato.
Hacer contacto con la bola al frente le da a la parte gruesa del bate más tiempo para alcanzar una mayor velocidad del bate en el transcurso del swing, y también significa que es más probable que el bate se esté moviendo en el plano ascendente necesario para elevar la bola. Este es el enfoque de bateo que impulsó la revolución del ángulo de salida y es predominante en la actualidad. La nueva información de punto de contacto revelada por Statcast lo confirman: Los bateadores hacen el mayor daño, y batean la mayor cantidad de jonrones, cuando le pegan a la bola al frente.
Para un bateador de poder de menor estatura como Betts o Altuve, esto puede ser especialmente importante. Un bateador de poder hacia todas las bandas como Judge u Ohtani puede dejar que el lanzamiento viaje profundo, hacer contacto más cerca de su propio cuerpo, y de todas maneras generar la velocidad del bate necesaria para volarse la cerca. Pero un bateador de poder jalando la bola como Betts necesita darle al pitcheo al frente para impulsarlo sobre la cerca.
Desde que se implementó el seguimiento del bate por parte de Statcast en la pausa por el Juego de Estrellas del 2023, Betts ha hecho contacto casi nueve pulgadas delante del plato. Altuve, que se para más arriba en la caja de bateo, hace contacto casi 15 pulgadas delante del plato. Tienen que darle a la bola más adelante que la mayoría de los bateadores de las Grandes Ligas.
Y cuando Betts, Altuve, Ramírez, Bregman o Lindor le caen a un pitcheo y sacuden un vuelacercas, lo más probable es que lo hayan hecho bien por delante de sus cuerpos.
Promedio de punto de contacto en cuadrangulares, desde la pausa por el Juego de Estrellas del 2023
- Betts: 36.7 pulgadas delante del centro de masa
- Bregman: 35.4 pulgadas delante del centro de masa
- Ramírez: 34.5 pulgadas delante del centro de masa
- Lindor: 32.8 pulgadas delante del centro de masa
- Altuve: 30.4 pulgadas delante del centro de masa
(Para ilustrar el contraste: Ohtani, que mide 6-4, hace contacto con sus bambinazos a apenas 28.9 pulgadas delante de su propio centro de masa. Mike Trout, con 6-2 de estatura, hace contacto con sus vuelacercas solamente 28.6 pulgadas delante de su propio centro de masa. El dominicano Juan Soto, midiendo 6-1, hace contacto con sus jonrones solo 27.3 pulgadas delante de su propio centro de masa).
Ahora, hay muchos otros bateadores en todo el béisbol que también encajan en este molde -- "darle a la bola al frente" se ha convertido en una filosofía ampliamente enfatizada por bastantes bateadores de poder modernos, de todos los estilos, tamaños y velocidades del bate. El enfoque aquí en Betts, Ramírez, Altuve, Bregman y Lindor es simplemente para destacar a las mayores estrellas del prototipo de "cañonero de baja estatura".
Más adelante en ese mismo encuentro en el que la transmisión de los Dodgers estaba analizando la velocidad del bate de Betts, el estelar infielder conectó sus primeros dos bambinazos de la temporada 2025 -- un jonrón para poner arriba a los campeones en la octava entrada y un bambinazo decisivo en el 10mo episodio. Unos días después, conectó su tercer cuadrangular de la campaña contra el reinante ganador del Premio Cy Young de la Liga Nacional, Chris Sale.
La velocidad de bate de Betts en los tres vuelacercas estuvo muy por debajo del umbral del "swing rápido" de Statcast de más de 75 mph. En el primer jonrón, fue de 73.8 mph. En el segundo, fue de solo 65.5 mph. Y en el tercero, fue de 68.8 mph.
Las tres bolas elevadas apenas superaron la cerca, pero los bambinazos de esa clase cuentan lo mismo que cualquier otro cuadrangular. Y las tres bolas fueron jaladas hacia el jardín izquierdo, donde casi siempre van los jonrones de Betts. Y el mismo es el caso con los de J-Ram, los de Altuve, los de Bregman, los de Lindor. Eso es lo que los hace esa clase de cañoneros.