SEATTLE -- Cuando el mexicano Andrés Muñoz visitó un refugio local de gatos esta semana, gran parte de su motivación fue su amor por los animales. Pero también se trataba de conectarse más con la comunidad local, especialmente a medida que su perfil público continúa creciendo.
“De Seattle, amo todo”, dijo el oriundo de Los Mochis. “Por eso se siente como mi segundo hogar. También está muy lejos de casa. Estamos como justo arriba en la esquina, pero no sé. Simplemente me siento muy cómodo aquí. Ojalá podamos hacer algo para poder quedarme aquí todo el tiempo, porque me encantaría estar toda mi carrera aquí”.
Muñoz ha sido un favorito en el clubhouse de los Marineros desde hace tiempo, y ver crecer su comodidad -- y confianza -- tanto en el montículo como entre todas las personas con las que se cruza, ha sido uno de los desarrollos más gratificantes de la organización desde su primera campaña completa en el 2022.
Siempre ha tenido el brazo de élite, con la recta de 100 millas por hora y el slider que ha hecho quedar mal incluso a los mejores bateadores del deporte. Y con el mejor inicio de su carrera, Muñoz fue seleccionado como el Relevista del Mes de la Liga Americana para marzo/abril, después de registrar efectividad de 0.00 y liderar la Liga Americana con 11 salvamentos. Eso debe de ponerlo en camino rápido para obtener su segunda convocatoria consecutiva al Juego de Estrellas.
Su continuo ascenso también ha atraído mayor atención. Hace dos semanas, Muñoz hizo su primera presentación como invitado en MLB Network y terminó robándose toda la atención, en gran parte por ver a los presentadores Mark DeRosa, Lauren Shehadi y Robert Flores maravillarse con la personalidad gentil de Muñoz -- y su marcado contraste con su implacable persona en el montículo.
“¿Cómo eres tan amable?”, preguntó Shehadi.
“No puedes cerrar partidos y ser tan agradable”, dijo DeRosa. “¡Tienes que estar echando fuego!”
“Siento que soy una persona completamente diferente fuera del béisbol”, respondió Muñoz. “Cuando estoy en el montículo, siento que soy distinto. Pero no sé, me considero una buena persona. Y amo a los animales”.
Lo más destacado de ese segmento fue de Muñoz hablando de su gata persa de 14 años, Matilda, a quien rescató hace unos años en su ciudad natal.
Matilda lo acompaña regularmente en los viajes de los Marineros, y las fotos que Muñoz publica de ella son tiernas de verdad. Pero su amor por ella es mucho más profundo, y la historia de cómo llegó a su vida es la razón por la que quiso involucrarse en ayudar a otros gatos necesitados.
Eso es lo que lo llevó a la visita del lunes al Seattle Area Feline Rescue (SAFR) en Shoreline, Washington. Más allá de echar un vistazo a todo el arduo trabajo que implica cuidar gatos en un refugio, Muñoz también preparó un paquete de experiencia que el centro de rescate está subastando, que incluye entradas para un juego, pases para la práctica de bateo y un encuentro personal con el monticular.
La subasta está abierta hasta el lunes.
“Al ir allá, siento que todas las cosas que hacen, lo que no vemos antes de que un gato pueda ser adoptado”, comentó Muñoz, “es mucho lo que tienen que hacer -- vacunas, el microchip, todos los exámenes que tienen que hacer antes de poder juntarlos con los otros gatos. Todas las herramientas que tienen allí para verificar que todos los gatos estén listos antes de que puedan ir a un nuevo hogar. Y ésas son cosas que nadie ve”.
Como organización sin fines de lucro, SAFR opera con donaciones, recaudación de fondos y subvenciones, lo que hace que los esfuerzos económicos de Muñoz sean mucho más útiles.
“Fue una buena experiencia para mí”, continuó Muñoz, “y algo en lo que tuve que pensar antes de ir allí. Ahora sé cuánto trabajo hacen”.
Lamentablemente, por mucho que quisiera adoptar otro gato el lunes, Muñoz dijo que tendrá que esperar, aunque quizás esté en los planes para la próxima temporada baja. Porque está claro que probablemente ésta no sea la única visita de Muñoz a SAFR, especialmente con sus motivaciones para seguir conectándose con una comunidad que se ha convertido en su hogar lejos de casa.