SEATTLE – A partir del partido inaugural de la serie contra los Marineros el viernes, los Atléticos disputarán la mayoría de sus encuentros restantes en las últimas cinco semanas de la temporada regular contra equipos en contienda por los playoffs.
Este tramo final representa una oportunidad para que los Atléticos expongan a sus muchos jugadores jóvenes talentosos —particularmente en una rotación de abridores que actualmente cuenta con tres novatos— a ambientes similares a los de postemporada y adquieran una valiosa experiencia para el futuro.
En apenas su tercera apertura en las Grandes Ligas y cuarta aparición en general, el cubano Luis Morales respondió exactamente como los Atléticos esperaban en la derrota del viernes por la noche 3-2 ante los Marineros en el T-Mobile Park. El prospecto número 4 de los Atléticos estuvo perfecto durante cuatro entradas y terminó permitiendo apenas una carrera en seis innings.
“Se le vio en su elemento”, dijo el mánager Mark Kotsay. “Para lo joven que es y lo pocas aperturas que tiene en las Grandes Ligas, no se le vio afectado en lo más mínimo. De hecho, esta noche se le vio más enfocado que en su primera salida, sin duda. Creo que está adquiriendo confianza”.
Fue la primera apertura de calidad de Morales en las Grandes Ligas, y mostró el mismo repertorio eléctrico que ha enseñado desde el inicio de su carrera, con una recta que alcanzó un máximo de 99.3 mph y un sweeper con mucho quiebre y movimiento.
A diferencia de sus primeras presentaciones, Morales demostró un control mucho mejor. El derecho completó seis entradas permitiendo solo dos imparables, ponchando a seis y sin conceder boletos por primera vez en las Mayores.
“Realmente controló la zona”, dijo Kotsay. “Cayó atrás en la cuenta un par de veces y logró recuperarse desde conteos de 3-0. Esa es la señal que estamos buscando. Queremos que sea capaz de atacar la zona y conseguir swings fallidos, y esta noche lo logró”.
Los Atléticos ven a Morales como un potencial abridor de primer nivel, y presentaciones como esta lo ayudarán a alcanzar ese alto techo. Atacó la zona con strikes en 64 de sus 97 lanzamientos y evitó muchos contactos sólidos durante la noche, con los bateadores de los Marineros registrando una velocidad de salida promedio de 87.6 mph en 14 bolas puestas en juego contra él.
Se podría argumentar que el único daño real contra Morales ni siquiera debería haber ocurrido.
Enfrentando a Eugenio Suárez con un out en la cuarta entrada, Morales lanzó una recta elevada en cuenta de 2-2 sobre la esquina exterior que pareció atrapar una buena parte de la zona de strike. El umpire principal, James Hoye, la cantó bola, y Suárez aprovechó el siguiente lanzamiento —un slider bajo y afuera— para sacarla del parque por el jardín izquierdo con un jonrón solitario que empató el juego y puso fin tanto a la blanqueada como al intento de juego perfecto.
Ante una secuencia que sería frustrante para cualquier lanzador joven, Morales la dejó atrás y procedió a retirar a cinco de los últimos seis bateadores que enfrentó.
“Eso es parte del juego”, dijo Morales. “Pensé que el lanzamiento anterior y el del jonrón fueron buenos pitcheos. Pero no me molesta mucho. El pasado es el pasado. Simplemente seguí jugando”.
Esa mentalidad puede parecer poco común para alguien de 22 años, pero Morales es diferente. Este es un lanzador que, antes de desertar de Cuba en 2021, estableció un récord Sub-18 de ponches con 161 en 82.2 entradas entre el 2019 y el 2020, enfrentando a hombres adultos en la Serie Nacional de Cuba.
Así que, aunque lanzar frente a una multitud numerosa y ruidosa en Seattle podría parecer intimidante, Morales no se dejó afectar por lanzar en territorio enemigo. De hecho, lo disfrutó.
“Me encanta lanzar en ese ambiente”, dijo Morales. “Cuando estoy lanzando, los fans puedeb gritar fuerte o hacer lo que quierab, pero yo estoy muy concentrado en mi juego. Me encanta”.