Manny Ramírez, bateador estilo “astronauta” para Miguel Montero

2 de mayo de 2025

Hablando con Vian Araujo y Ricardo Rodríguez en el programa “Abriendo el Podcast” el mes pasado, el exreceptor de Grandes Ligas, el venezolano , dio su opinión sobre cuál de tres jugadores mencionados en la conversación – los dominicanos y , más el venezolano – fue mejor bateador en sus respectivas carreras de Grandes Ligas.

Montero, quien jugó en las Mayores del 2006 al 2018, no dudó en su respuesta: Ramírez. El motivo de la estimación de Montero viene de lo que él percibió jugando contra el quisqueyano – mayormente en los tiempos de éste en los Diamondbacks y Ramírez en los Dodgers del 2008 al 2010 – como un conocimiento poco visto de la mecánica y el funcionamiento del bateo a los niveles más altos del béisbol.

“Si tú te pones a ver, en la carrera de Manny Ramírez, que él le haya hecho un swing a un slider afuera y bajito, que haya lucido así (mal)... nunca lo vi descolgado”, dijo Montero, quien después de salir de Arizona en el 2015 ganó un título de Serie Mundial con los Cachorros al año siguiente, incluso empujando la carrera que al final marcó la diferencia en el Juego 7 contra Cleveland. “Manny era un bateador que no hacía ‘chase’ (perseguir y hacerles swings a lanzamientos fuera de la zona de strikes). Y Manny era un tipo que tú tenías que saber lo que él estaba buscando, para hacerle out también. Había momentos en que le tirabas tres rectas en el medio y se quedaba parado, porque iba a buscar un pitcheo.

“Y Manny, para mí, era uno de los más clutch. En el momento preciso, era el hombre”.

Después de prodigiosos pasos por los equipos de Cleveland y Boston desde 1993 hasta mediados del 2008, Ramírez fue cambiado a los Dodgers para la recta final de aquella temporada de hace 17 años. En 53 partidos entre julio y septiembre de ese año, Ramírez bateó .396/.489/.743 (OPS de 1.232) con 14 dobles, 17 jonrones, 26 anotadas, 53 empujadas y OPS+ de 221.

De esa manera, ayudó a los Dodgers a arrebatarles el primer lugar del Oeste de la Liga Nacional a los Diamondbacks de Montero y terminar la campaña con el título divisional.

“Eso nada más hacían los astronautas”, dijo Montero sobre lo hecho por Ramírez en ese trecho. “Él y los astronautas”.

En una trayectoria de 19 años en Grandes Ligas – que también incluyó dos suspensiones por dar positivo en pruebas antidopaje – Ramírez disparó 555 cuadrangulares con 1,831 impulsadas, OPS de .996 y OPS+ de 154. Asistió a 12 Juegos de Estrellas y ganó nueve Bates de Plata. Ramírez también fue campeón de la Serie Mundial tanto en el 2004 como en el 2007 con los Medias Rojas, siendo Jugador Más Valioso de la edición del 2004 en que Boston rompió una sequía de 86 años sin coronarse.

También cuenta Montero que al final de la década de los 2000, asistió a una reunión social en que estuvieron presentes otros dos receptores de Grandes Ligas del momento, el puertorriqueño Bengie Molina y el venezolano Ramón Hernández. Allí, ambos caretas revelaron que durante turnos separados de Ramírez con ellos detrás del plato, el toletero había dado swing y que antes de completar el movimiento con los brazos, las manos y el bate, ya sabía que había fallado.

El mismo Montero lo había experimentado en un partido entre los Diamondbacks y los Dodgers, así que lo expresado por Molina y Hernández simplemente confirmaron lo que el primero había visto de cerca también.

“El pitcheo venía en el aire y Manny, cuando hizo así y fue a swinguear... inclusive antes de darle a la pelota, él gritó ‘¡coño!’. Ya sabía que la iba a fallar. Hubo algo en su timing que sabía que la iba a fallar.

“Efectivamente, la falló y dio foul. Ahí es que tú dices, ‘Eso nada más lo hace él”.