“Luchando con el montículo”, Williams vuelve a fallar en situación de apremio con Yankees

6 de mayo de 2025

NUEVA YORK – Los Yankees habían reincorporado cautelosamente a situaciones de mayor presión a Devin Williams, quien venía de tres sólidas presentaciones consecutivas, aparentemente restaurando la fe en que los problemas del inicio de campaña habrían sido sólo un bache. Sin embargo, el último tropiezo del derecho podría cambiar esa forma de pensar.

Luchando por encontrar un punto de caída adecuado en un montículo empapado, Williams desperdició una ventaja en la octava entrada, dejando una amenaza de bases llenas y observando desde el dugout cómo las carreras cruzaban el plato contra el cerrador Luke Weaver. Los Yankees cayeron ante los Padres por 4-3 el lunes por la noche en el Yankee Stadium.

“Es una de esas noches en las que no sólo estás batallando con el bateador, sino que también estás luchando con el montículo”, comentó Williams. “Todos tenemos las mismas condiciones, pero yo no pude salir airoso esta noche”.

Adquirido desde los Cerveceros en diciembre, Williams fue visto como un brazo de relevo de cierre seguro, portando credenciales de un dos veces Relevista del Año de la Liga Nacional cuyo célebre cambio “Airbender” ayudó a forjar una efectividad de por vida de 1.83 antes de este año.

Pero los Yankees sólo han visto destellos de esa versión de Williams, de 30 años.

Retirado del puesto de cerrador después de un salvamento desperdiciado el 25 de abril contra los Azulejos, Williams lanzó bien dos veces en Baltimore y nuevamente el viernes en casa contra Tampa Bay. En sus primeras 11.2 entradas como Yankee, Williams ha permitido 15 carreras (13 limpias) para una desagradable efectividad de 10.03.

“Creo que lo más importante es el comando y estar adelante [en la cuenta], y no poner a corredores en base”, comentó el manager de los Yankees, Aaron Boone. “El repertorio está ahí. Sus pitcheos están bien. Y sí creo que entrará en racha y será intratable y dominante. Pero es sólo la parte del comando, donde las bases por bolas o quedarse atrás en ciertas situaciones lo han perjudicado un poco”.

Boone llamó a Weaver, quien no había permitido una carrera limpia en sus primeras 15 presentaciones de la campaña. Pero Weaver también tuvo una mala noche, reconociendo que “se sintió un poco nublado”. Manny Machado conectó un doble de dos carreras, y Xander Bogaerts aportó un sencillo de dos anotaciones que puso a San Diego adelante.

“Simplemente no tuve ese enfoque que necesitaba para atacar ahí”, comentó Weaver. “Es un golpe duro, claro, y uno que no voy a tomar a la ligera. Pero sé que necesito seguir adelante y asegurarme de estar preparado para el día siguiente”.

Carlos Rodón fue uno de los compañeros que aconsejó a Williams después de la complicada octava entrada, y el zurdo tiene algunas credenciales en esta área. Rodón soportó lesiones y bajo rendimiento con los Yankees en el 2023, pero empezó a darle la vuelta con un sólido 2024 que lo vio hacer 32 aperturas, récord en su carrera.

Los abucheos que Rodón escuchó en el 2023, y en partes del 2024, sonaron muy parecidos a lo que Williams ha experimentado en el Bronx hasta ahora. Pero, como señalaría Rodón, esa negatividad no tiene por qué ser permanente.

“Sé cómo se siente eso. No es fácil”, expresó Rodón. “Pero lo adquirimos por algo. Es un gran lanzador. Sólo necesita construir esa confianza. Necesita saber qué tipo de lanzador es. Tiene un cambio increíble y [Williams necesita] simplemente salir y lanzar con algo de arrogancia”.

Ésta fue una oportunidad para restaurar más la confianza, asignándole la octava entrada a pesar de que el dominicano Fernando Cruz hizo apenas dos pitcheos para terminar la séptima por Rodón, quien se vio espléndido durante 6.2 episodios. Boone dijo que ponderó mantener a Cruz, pero fue disuadido por la presentación de dos innings de Cruz el sábado contra Tampa Bay.

Williams ponchó al puertorriqueño Martín Maldonado para abrir la entrada, pero perdió a Tyler Wade con boleto con un out antes de que Brandon Lockridge conectara un sencillo al jardín central.

Lo que quedaba de la multitud de 38,128 personas empezó a dejar saber su enojo, habiendo soportado ya un par de retrasos por lluvia, el segundo de los cuales detuvo el partido por 28 minutos en la cuarta entrada.

Una decisión cerrada favoreció a Williams en un cambio en cuenta de 1-1 al dominicano Fernando Tatis Jr., y cuando el jardinero se ponchó tirándole un lanzamiento después, tanto Tatis como el manager de los Padres, Mike Shildt, fueron expulsados por el umpire del plato Adrian Johnson.

Shildt arrojó su tarjeta de alineación, bolígrafo y lentes en una acalorada discusión que continuó durante varios minutos. En retrospectiva, Williams dijo que debería haber usado ese tiempo para llamar al personal de mantenimiento para arreglar el montículo. En cambio, Williams le dio base por bolas al venezolano Luis Arráez con cuatro lanzamientos.

“[La lluvia] empezó a arreciar allí mientras estaba en el montículo, y no pude hacer el ajuste”, dijo Williams. “Realmente no pensé en ello en el momento. Sólo estoy tratando de limpiar mis ganchos y conseguir el mayor agarre posible. Pero en el futuro, definitivamente lo haré”.