CHICAGO — Mientras el venezolano Moisés Ballesteros hablaba por teléfono el lunes por la noche, escuchando la noticia de que había sido ascendido a Grandes Ligas, su padre estaba cerca, escuchando a su hijo hablar. Habían soñado con este momento, pero el hecho de que estuvieran juntos era un pequeño milagro.
Los padres de Ballesteros, Harry y Andry, habían llegado a los Estados Unidos el lunes por la tarde desde Venezuela, después de dos años intentando conseguir visas con la ayuda de los Cachorros. Estaban alojados en la sala de Ballesteros, en Iowa, esperando finalmente ver a su hijo jugar profesionalmente en persona en Triple-A.
“Él me dijo cuando era niño que sabía que me vería jugar béisbol profesional”, dijo Ballesteros el miércoles. “Y luego la oportunidad de verme por primera vez fue en Grandes Ligas”.
Los padres de Ballesteros y su hermano menor estuvieron en las gradas del Wrigley Field para el debut del receptor en las Mayores durante la victoria por 5-4 de los Cachorros sobre los Marlins con un hit de oro el martes. El careta de 21 años — el prospecto número 4 de Chicago según MLB Pipeline y número 61 en el Top 100 — estuvo de séptimo en el lineup del manager Craig Counsell como bateador designado.
Un día antes, Ballesteros recibió a sus padres en Des Moines, Iowa alrededor de las 5 p.m. (Hora Central de EE.UU.), después de su viaje desde Venezuela. La llamada del manager de Triple-A Iowa, Marty Pevey, llegó alrededor de las 10:30 p.m., mientras Ballesteros jugaba MLB The Show y sus padres lavaban ropa y se preparaban para dormir.
Ballesteros dijo bromeando que la emoción del momento casi lo hace lanzar el control del videojuego, y que luego quedó en estado de shock por unos minutos. Entonces, pudo decirles en persona a sus padres que los Cachorros lo necesitaban en Chicago y que tenían que empacar para irse al aeropuerto.
“Mi papá estaba escuchando mientras yo hablaba por teléfono. Y luego la casa se quedó en silencio”, contó Ballesteros. “Y entonces él se puso a llorar y mi mamá estaba muy feliz. Fue un momento especial”.
Los Cachorros seleccionaron el contrato de Ballesteros después de que el jardinero izquierdo Ian Happ fuera colocado en la lista de lesionados de 10 días por una distensión en el oblicuo izquierdo. El joven tenía una línea ofensiva de .368/.420/.522 con cuatro jonrones, siete dobles, 18 impulsadas y 12 bases por bolas en 34 juegos con Iowa, y ahora tiene la oportunidad de demostrar que puede rendir en las Mayores.
Ballesteros se fue de 4-0 en su debut, pero reconoció después del partido que los nervios lo traicionaron. Durante el desayuno del miércoles por la mañana con sus padres, su papá le señaló que se estuvo adelantado mucho con algunos lanzamientos. A lo largo de su vida, Ballesteros dice que su padre siempre ha estado ahí para motivarlo.
“En los días difíciles, me decía que no bajara la cabeza, que siempre la mantuviera en alto”, dijo Ballesteros. “Me decía que cada día era una nueva oportunidad para jugar mejor”.
Le esperan muchos partidos más a Ballesteros, quien nunca olvidará cómo comenzó este nuevo capítulo de su carrera.
“Fue muy especial para mí tener a mi familia aquí, viéndome jugar”, expresó. “Estaba muy emocionado, y es un momento especial para mi papá y mi mamá”.