SEATTLE — El dominicano Julio Rodríguez estaba tan emocionado como cualquiera cuando su compañero de equipo en los Marineros, Cal Raleigh, se coronó campeón del Festival de Jonrones el lunes por la noche, algo que dejó claro con publicaciones en Instagram.
Pero eso fue prácticamente todo lo que el jardinero central de Seattle quiso compartir sobre cómo pasó el receso del Juego de Estrellas, después de optar por no participar en las festividades de este año en Atlanta. Prefirió mantener cierta privacidad intencional mientras se prepara para la segunda mitad de la campaña.
“[Fue] precisamente lo que necesitaba”, dijo Rodríguez antes de la victoria de Seattle 6-1 sobre Houston para dar inicio a la segunda mitad el viernes. “Sentía que necesitaba un descanso mental y poner mi cuerpo en el estado correcto. Y siento que lo logré, y estoy listo para arrancar”.
Rodríguez tenía una perspectiva única a ver el Derby como dos veces participante, con actuaciones electrizantes en el 2022 en el Dodger Stadium y en el 2023 en el T-Mobile Park, cuando fue la estrella del evento a pesar de no ganar. Eso le hizo valorar aún más la actuación de Raleigh.
“Lo único en lo que podía pensar era, ‘caray’, está con su papá y su hermanito ahí mismo”, expresó Rodríguez. “Y se veía que se estaba divirtiendo mucho”.
Rodríguez y Raleigh han pasado más tiempo juntos en las últimas semanas, durante ejercicios previos al juego con los instructores de bateo Kevin Seitzer y Bobby Magallanes. En particular, Rodríguez ha adoptado un ejercicio con el tee que Raleigh comenzó a usar durante los entrenamientos de primavera, en el que coloca la bola en el tee a una altura muy elevada, casi a la altura del pecho, e intenta elevar la bola desde ahí.
La táctica, explicó Seitzer, ayuda a Raleigh a tener un swing más vertical y menos horizontal en el seguimiento, aprovechando más su pierna trasera. El veterano coach aseguró que Rodríguez, quien conectó jonrón en cada uno de los tres juegos en Detroit antes de la pausa del Juego de Estrellas, ya está mostrando resultados similares.
“Realmente está empezando a entrar en ritmo”, dijo Seitzer.
Raleigh elevó la bola en un saludable 34.7% de sus contactos en la primera mitad, la tasa más alta entre 234 bateadores calificados, mientras que Rodríguez ocupaba el puesto 193 de ese grupo, con solo un 11.9%. Rodríguez está en su mejor nivel cuando usa todo el campo, con más poder hacia la banda contraria que cualquier otro en el equipo —un ejemplo claro fue su jonrón de 363 pies en Detroit, pegado al poste de foul del jardín derecho. Sin embargo, muchos de sus mejores contactos estaban yendo al suelo.
De hecho, Rodríguez tuvo más conexiones fuertes (de 95 mph o más) que Raleigh en la primera mitad —137 contra 120— pero 62 de esas fueron rodadas, más que todos excepto seis bateadores, mientras que Raleigh tuvo apenas 23.
Rodríguez tiene un 51.5% de bolas elevadas (entre líneas y fly balls) en julio, fácilmente su mejor mes de la temporada, y muy por encima del 37.7% que tuvo desde el Día Inaugural hasta finales de junio. Solo en la serie contra Detroit, Rodríguez elevó su OPS por 47 puntos, llegando a .731 en la temporada, una cifra que refleja más su calidad de All-Star que el .687 que tenía antes de dicha serie.
“Pensé que su swing se veía tan bien como en casi toda la temporada”, dijo el manager Dan Wilson.
Rodríguez no tiene ningún arrepentimiento por no haber ido a Atlanta, creyendo que necesitaba un reinicio mental y físico —aunque viniera con algo de FOMO (miedo a perderse algo).
“Fue muy difícil, porque es la primera vez”, dijo Rodríguez. “Nunca había tenido que tomar una decisión así. Pero al mismo tiempo, siento que fui fiel a lo que realmente sentía en el momento, y creo que muchas cosas buenas van a pasar después de eso”.
Si logra despegar en la segunda mitad, como ha hecho en sus tres primeras campañas, su decisión parecerá aún más acertada. Rodríguez tiene un OPS de .903 en su carrera después del Juego de Estrellas, comparado con marca de .737 en la primera mitad.
“Vamos a encendernos, hermano”, dijo Rodríguez. “Para eso vinimos. Vinimos a jugar. Creo que va a ser una segunda mitad divertida, a la que todos deberían prestarle atención”.
¿De dónde viene esa confianza?
“Del equipo que tenemos”, dijo Rodríguez. “Tuvimos algunos momentos difíciles, pero eso no cambió nuestra identidad. Enfrentamos a los [Tigres, que tienen] el mejor récord de la liga, y fuimos capaces de jugar nuestro juego y hacer lo que hicimos contra ellos. Siento que estamos en un muy buen lugar, y que aún queda muchísimo camino por recorrer”.