
Un ícono que ayudó a redefinir la posición de segunda base y protagonizó una de las actuaciones individuales más memorables en la larga y rica historia de los Cachorros de Chicago, Ryne Sandberg falleció el lunes tras una batalla contra el cáncer. Tenía 65 años.
Sandberg dejó como legado la figura de una superestrella silenciosa que, aunque evitaba los reflectores, se ganó la atención con una combinación de poder, velocidad y defensa que lo convirtió en uno de los grandes del béisbol. Pasó la mayor parte de sus 16 brillantes temporadas con los Cachorros, y fue exaltado al Salón de la Fama de Grandes Ligas en 2005.
Al momento de su retiro, Sandberg era el líder histórico de jonrones como segunda base en las Grandes Ligas (277 de sus 282 cuadrangulares). Fue elegido a 10 Juegos de Estrellas, ganó nueve Guantes de Oro, siete Bates de Plata y fue nombrado Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en 1984.
Sandberg alcanzó la fama nacional el 23 de junio de aquella campaña de 1984, en lo que siempre se recordará con cariño como “El Juego de Ryne Sandberg”. En una victoria salvaje sobre los Cardenales, Sandberg pegó cinco hits, impulsó siete carreras y conectó dos jonrones para empatar el juego ante el futuro miembro del Salón de la Fama Bruce Sutter.
“Mi vida cambió mucho en 1984”, dijo Sandberg en el 40 aniversario de aquel juego en 2024, cuando los Cachorros develaron una estatua en su honor frente al Wrigley Field.
Los fanáticos de los Cachorros ya adoraban a su joven estrella, pero ese juego lo catapultó a la fama nacional. Fue el inicio de una carrera que llevó a “Ryno” a ubicarse entre los cinco primeros en la historia de los Cachorros en jonrones, dobles (403), bases robadas (344), hits (2,385), carreras anotadas (1,316), extrabases (761), bases totales (3,786) y juegos disputados (2,151).
Nacido como Ryne Dee Sandberg el 18 de septiembre de 1959 en Spokane, Washington, Sandberg fue una estrella en tres deportes (béisbol, fútbol americano y baloncesto) en la secundaria North Central. Como mariscal de campo destacado, firmó una carta de intención para jugar fútbol americano en la Universidad Estatal de Washington, pero eso no impidió que los Filis apostaran por él.
Con la aprobación del director de escuchas de los Filis, Dallas Green, Sandberg fue seleccionado en la ronda 20 del Draft amateur de MLB en 1978. Guiados por el escucha Bill Harper, los Filis le ofrecieron un bono por firmar de US$20,000 y lo convencieron de seguir una carrera profesional en el béisbol. Para el otoño de 1981, Sandberg tuvo su primera experiencia en las Mayores con Filadelfia.
Antes de la temporada de 1982, Green asumió como gerente general de los Cachorros. Varias circunstancias en Filadelfia —incluyendo la situación contractual del veterano campocorto Larry Bowa— llevaron a negociaciones con Chicago. Bowa fue enviado a los Cachorros por el puertorriquenio Iván de Jesús, y la directiva de Chicago convenció a los Filis de incluir a Sandberg en el cambio.
El único hit de Sandberg con el uniforme de los Filis llegó el 27 de septiembre de 1981, un sencillo en el Wrigley Field. Fue el primero de sus 1,259 imparables en temporada regular en ese emblemático estadio.
Sandberg fue el tercera base titular de los Cachorros en el Día Inaugural de 1982 (con Bowa como torpedero), pero fue movido a la segunda base en septiembre de esa misma campaña. Un año después, ya ganaba el primero de sus nueve Guantes de Oro consecutivos hasta 1991.
“Nunca se conformaba con lo que hacía en el terreno”, destacó Bowa en la ceremonia de la estatua de Sandberg. “Siempre estaba preparado. Tomaba rodados extra, más práctica de bateo. Nunca veías a Ryne Sandberg sin estar listo para jugar”.
Durante la temporada de 1984, el mánager Jim Frey lo animó a buscar más poder con el bate. Ese consejo fue clave para que Sandberg transformara su estilo y tuviera una campaña explosiva.
“Fue una evolución que llegó justo a tiempo para mí”, dijo Sandberg en 2024. “No creo que lo hubiera manejado bien como novato, pero funcionó. Seguí aprendiendo y adaptándome año tras año, y llegaron los resultados”.
Aunque la actuación ante Sutter y los Cardenales lo puso en el mapa, Sandberg ya vivía una campaña notable. Ese verano bateó .314 con 19 jonrones, 36 dobles, 19 triples, 84 impulsadas, 32 robos, 114 carreras anotadas y 200 hits. Recibió 22 de 24 votos al primer lugar por parte de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica (BBWAA, por sus siglas en inglés) para ganar el premio al JMV de la Liga Nacional.
Su rendimiento ayudó a los Cachorros a ganar la división ese año, lo que marcó su primera aparición en postemporada desde la Serie Mundial de 1945. Volvieron a coronarse en la división en 1989, pero ambas veces quedaron eliminados en la Serie de Campeonato. En 10 juegos de postemporada, Sandberg bateó .385 (de 39-15) con siete extrabases, seis remolcadas y nueve anotadas.
Sandberg lideró la Liga Nacional en carreras anotadas en tres temporadas (1984, ’89 y ’90), logró su mejor marca de robos con 54 en 1985 y encabezó la liga en jonrones en 1990 con 40. Anotó más de 100 carreras en siete temporadas, conectó al menos 25 jonrones en seis, se robó al menos 30 bases en cinco campañas y remolcó exactamente 100 carreras en dos ocasiones. También ganó el Festival de Cuadrangulares durante el Juego de Estrellas de 1990 en Wrigley Field.
A lo largo de su carrera, Sandberg estableció una marca de MLB para intermedistas con 123 juegos consecutivos sin cometer error, incluyendo un récord de 90 juegos en fila en una sola temporada (1989). También fijó un récord de porcentaje de fildeo en su posición con .989. Su defensa fue motivo de orgullo, por eso su estatua en Wrigley Field lo muestra en posición defensiva.
“El nivel de consistencia y la longevidad con la que lo hizo es increíble. Él es su propio estándar”, dijo el infielder de los Cachorros Nico Hoerner en 2024. “Hablamos de un jugador que hacía de todo en el terreno”.
Tras su retiro como jugador en 1997, los Cachorros retiraron su número y fue exaltado al Salón de la Fama en 2005. Inició su carrera como piloto en 2007, ascendiendo en el sistema de ligas menores de los Cachorros hasta llegar a Triple-A en 2010. Luego dirigió a los Filis entre 2013 y 2015.
A fines de 2023, Sandberg hizo público que padecía cáncer de próstata metastásico, y compartió actualizaciones con los fanáticos de los Cachorros durante su proceso. Esa experiencia le dio una nueva perspectiva, la cual compartió frente a una multitud de seguidores —con jugadores observando desde las rampas del Wrigley Field— al ser homenajeado con una estatua.
“Hoy mis pensamientos están centrados en el amor, la vida, la familia y los amigos”, externó Sandberg aquel día. “Siento ese amor ahora. Siempre estuvo ahí. Pero yo estaba demasiado ocupado tomando 60 rodados extra cada mañana para notarlo. Somos quienes somos, y eso era yo. Los quiero mucho”.