Luego de salir de la lista de lesionados el 29 de abril, el relevista de los D-backs Kevin Ginkel no se sentía cómodo pasando dos días sin al menos soltar el brazo antes de ver acción nuevamente en un partido de Grandes Ligas.
El derecho no había lanzado el domingo anterior y Arizona tuvo día libre en Nueva York el lunes antes de iniciar una serie contra los Mets al día siguiente. Ginkel sabía que a los abridores les gusta mantener sus programas de pitcheo, así que supuso que alguien estaría disponible para lanzar con él.
Le dijeron a Ginkel que el abridor del martes, el venezolano Eduardo Rodríguez, planeaba lanzar el lunes, pero no en el Citi Field.
El oriundo de Valencia iba a hacerlo en Central Park en un lugar recomendado por el coach de pitcheo Brian Kaplan. Ginkel preguntó si podía acompañarlos.
“Funcionó perfectamente”, comentó Ginkel. “Estaba a unos 20 minutos caminando desde nuestro hotel. Había un lugar perfecto donde hay algunos terrenos, algunos de los cuales estaban siendo utilizados para un partido de sóftbol. Por suerte, teníamos un espacio que estaba libre, y fue genial. Estás en una gran ciudad y este es uno de los parques más geniales del mundo. Creo que también fue un día perfecto. Fue realmente agradable”.
Ahora, aunque esto pueda parecer inusual, resulta que varios lanzadores en Grandes Ligas hacen esto en este tipo de circunstancias, y es algo que Rodríguez ha hecho varias veces.
“Muchos abridores hacen eso”, expresó Rodríguez. “Este es el día cuatro [de cinco] y sólo tienes que soltar el brazo y hacer algunos sprints. Estamos en Nueva York, y en lugar de tomar un largo viaje en Uber hasta [el Citi Field], simplemente caminamos hasta allí y soltamos el brazo. Lo he hecho antes en Chicago. Lo he hecho en muchos lugares a lo largo de los años”.
Mientras terminaban de soltar el brazo, vieron a un hombre descalzo observándolos atentamente. Ginkel se acercó y empezó a hablar con él.
“El tipo me dice: ‘Vaya, parece que estás lanzando a 97 millas por hora’”, relató Ginkel. “Simplemente parecía que amaba el béisbol. Así que E-Rod comenzó a hablar con él en español y le preguntó si quería soltar el brazo. Fue bastante orgánico cómo surgió todo”.
El hombre —oriundo de Cuba— tenía un guante, y él y Rodríguez empezaron a soltar el brazo. Fue un momento tan genial que Ginkel rápidamente tomó su teléfono y comenzó a grabar un video.
“Pensábamos: ‘Este tipo probablemente sabe cómo fildear’”, explicó Rodríguez. “Podíamos ver que tenía un guante que estaba bastante bien hecho. Salimos del pequeño terreno en el que estábamos jugando y le pregunté: ‘¿Puedes atrapar una pelota?’. Dijo que sí, y simplemente comenzamos a soltar el brazo”.
El hombre dijo que era la primera vez que sostenía una pelota oficial de Grandes Ligas, la cual Rodríguez le regaló para que la conservara.
“Lo bueno fue que, al final, él sólo dijo que le habíamos alegrado el día porque nunca había tenido una pelota de béisbol profesional en su mano”, contó Rodríguez. “Pero fue él quien nos alegró el día a nosotros”.
“Fue simplemente perfecto”, concluyó Ginkel.