“No hay un parque de pelota como éste. Aquí es donde se hizo historia”.
Así es como el historiador Bill Schumann describe el Jackie Robinson Ballpark, hogar de los Tortugas de Daytona de la Liga Estatal de la Florida (sucursal Clase A de los Rojos de Cincinnati). Éste fue el primer lugar donde una organización de la Liga Americana o la Liga Nacional alineó un equipo diverso a nivel de raza.
La instalación, que ha pasado por extensas renovaciones a lo largo de las décadas, abrió sus puertas en 1914 como el City Island Ballpark. Ha albergado constantemente el béisbol de Ligas Menores desde 1920, pero el capítulo más impactante de la larga existencia del estadio ocurrió cuando la ciudad de Daytona Beach ignoró las leyes de segregación de la era de Jim Crow para darle la bienvenida a Jackie Robinson, entonces un jugador recién firmado por los Dodgers de Brooklyn.
El 17 de marzo de 1946, Robinson jugó aquí en su primer juego de exhibición de Montreal, la filial de Triple-A de los Dodgers, contra el equipo grande de la organización.
Robinson pasaría toda esa temporada con esos Reales de Montreal, contribuyendo enormemente a un club que llegó a ganar el campeonato de la Liga Internacional. Eso preparó el escenario para la trascendental campaña de Robinson en 1947 con Brooklyn, donde comenzó su carrera de Salón de la Fama al ponerle fin a la segregación racial en las Grandes Ligas. Pero todo comenzó en Daytona Beach, que renombró su parque de pelota en 1990 en honor a Robinson. Este nuevo bautizo fue impulsado por los esfuerzos de investigación de Schumann, quien también fue el fundador del Comité de la Estatua de Jackie Robinson. La estatua de ese comité, ubicada fuera de la entrada principal del estadio, fue presentada en una ceremonia en aquel 1990 a la que asistió la viuda de Robinson, Rachel Robinson.

“El tema de [la estatua] es que él está transmitiendo su contribución a las futuras generaciones. Un [niño] negro, uno blanco”, dijo Schumann. “Noten que no tiene gorra. La razón por la que el artista hizo esto fue para que fuera menos una estatua deportiva. Llevó dos uniformes diferentes en Daytona. [El que se representa en la estatua], lo llevaba en un terreno de práctica en West Daytona llamado el Kelly Field. Y tiene en la espalda el número 30. Si esto fuera en color hoy, esto habría sido satén blanco con rayas azul real. Y tenía los pies hacia adentro, que es como era en la vida real”.
Schumann también produjo un cortometraje con Robinson jugando en Daytona Beach, algo que las Tortugas han mostrado en la pizarra gigante antes de sus juegos. El video incorpora imágenes de películas de 16 milímetros filmadas por un aficionado local llamado Robert S. Bates. (El hijo de Bates, George, fue el recogebates ese día). Se cree que ésta es la única película que existe de Robinson jugando en Daytona.
El parque de pelota estaba segregado en ese momento, con los fanáticos afroamericanos sentados en la tribuna por la línea del jardín derecho.
Todo esto lleva a una simple pregunta: ¿Por qué se le permitió a Robinson jugar en Daytona Beach cuando no era bienvenido en otros lugares? Los Dodgers habían planeado originalmente que los Reales entrenaran en Sanford, Florida, pero había un ambiente bien hostil y los Reales fueron expulsados de la ciudad debido a la presencia de Robinson y otro jugador afroamericano, el lanzador John Wright. Schumann le da crédito a la Dra. Mary McLeod Bethune, fundadora del famoso colegio negro Bethune-Cookman, por crear las condiciones que permitieron a Daytona Beach albergar a los Reales.
“Para cuando llegó 1946, [McLeod Bethune] ya había trabajado con el presidente Roosevelt unos años antes. Estaba con su gabinete afroamericano y era una asesora clave”, relató Schumann. “Y una de las cosas que es muy importante acerca de eso es que, en ese momento, estábamos bajo la Segunda Guerra Mundial y una depresión. Y con la administración de Roosevelt, había dinero del New Deal; tenían mucho dinero federal y tenían que decidir dónde gastarlo.
“Bueno, la Sra. Bethune influyó en dónde se gastaba el dinero y era muy buena con la política. Sabía cómo construir coaliciones de negros y blancos, y yo diría que los Roosevelt no sólo eran amigos suyos, sino aliados políticos. Tenía aliados políticos que eran algunas de las personas más famosas de los Estados Unidos”.
Entre estos individuos, Schumann mencionó al magnate del petróleo John D. Rockefeller (que pasaba el invierno en Daytona Beach), Thomas White de la White Sewing Machine Company y miembros de la familia Gamble (de Proctor and Gamble).
“Era una cultura diferente allí [en Sanford]”, continuó. “No era lo mismo que Daytona Beach, porque la Dra. Mary McLeod Bethune cambió la cultura política de Daytona Beach con la forma en que todos trabajaban juntos. Era como una heroína estadounidense”.

Los Tortugas continúan celebrando a Robinson de distintas formas, incluyendo el uso de uniformes con el número 9 en el Día de Jackie Robinson (15 de abril). Esto – una desviación de su mucho más conocido número 42 – conmemora el número que Robinson usó con más frecuencia cuando estuvo en Daytona. Además, hay un elemento de “museo” en el estadio. La explanada exterior está llena de placas y exhibiciones interactivas relacionadas con la carrera de Robinson, incluyendo un foso de salto de longitud que ilustra lo mucho que se destacó en el atletismo.
Y luego están los juegos en sí, que ofrecen vistas muy similares a las que disfrutaban los fanáticos que veían a Robinson.
“El plato está, si no en el lugar exacto, muy cerca de donde estaba cuando Jackie Robinson jugaba aquí”, aseguró Schumann. “Entonces, cuando la gente se acerca a batear, es como donde él realmente estaba. Queremos que la gente, cuando venga a este estadio, tenga la idea de cómo era ver la historia ocurrir”.