Con el dominicano Albert Pujols superando hace poco la marca de 700 jonrones y Aaron Judge conectando su bambinazo número 62 de la temporada el martes, mucho se ha hablado sobre el arte de atrapar cuadrangulares. ¿Te quedas la bola y ganas una fortuna vendiéndola, o se la devuelves al jugador a cambio de algunos obsequios?
Bueno, cuando el campocorto puertorriqueño de los Mets, Francisco Lindor, conectó un jonrón en el segundo encuentro de una doble tanda el martes, este perro tuvo una respuesta clara: Babear la pelota lo más rápido posible.
No fue un error. El dueño sacrificó su cuerpo para resguardar a su mascota, antes de otorgarle la bola.
“Lindor conectó el cuadrangular y vi venir la bola. Supongo que mis instintos de padre se apoderaron de mí”, le dijo Chris Howland a MLB.com. “Iba literalmente hacia los perros. No puedes permitir que les pegue en el estómago una bola a 110 millas por hora. Entonces, me le fui encima a mi novia, me pegó en el dedo, rebotó en el asiento y cayó en el piso. Recogí la bola y se la di al perro.
Aunque el perro de Howland es Doak, la bola terminó en la boca del hermano de Doak, Renegade. Los golden retrievers nunca imaginaron que se volverían virales en su visita al Citi Field.
“En ese momento, pensé que sería más divertido darles la bola”, dijo Howland. “Entonces, se la dí y estuvo contento. La estaba aguantando y mordiéndola. Ambos están obsesionados con las pelotas”.
