Bolazo a Pagés enciende un nuevo capítulo en la rivalidad Dodgers-Padres

17 de junio de 2025

LOS ÁNGELES -- Por cada fracción de segundo que el cubano mantuvo su mirada desafiante sobre , la posibilidad de que estallaran las chispas entre Dodgers y Padres parecía aumentar exponencialmente.

Jugadores de ambos lados saltaron las barandas de sus dugouts y se miraron con hostilidad desde la tierra de la franja de advertencia. Ambos managers se dirigieron hacia el umpire del plato. Las puertas del bullpen se abrieron, y ambos cuerpos de relevistas se prepararon para entrar en una posible trifulca.

¿Y Cease, en el centro de todo? Se quedó en el montículo con una mirada entre divertida y perpleja en su rostro. Luego se encogió de hombros. ¿Intencional? ¿En esa situación? ¿Con la parte alta de esa alineación de los Dodgers al acecho?

“No lo entendí”, comentó Cease sobre la reacción de Pagés. “No va a disuadirme de lanzar adentro. No sé si alguna vez he golpeado a un Dodger. [No lo había hecho.] Simplemente sucede. Es parte del juego”.

El incidente no pasó a mayores – más allá de un corredor gratis para los Dodgers que resultaría extremadamente costoso para los Padres en su derrota por 6-3 en el Dodger Stadium. Las tensiones se calmaron. La historia de la noche fue, en última instancia, el regreso de Shohei Ohtani al montículo (y su gran noche en el plato).

Pero, bueno, no descarten esos fuegos artificiales en un futuro cercano.

Después del partido, Pagés dijo que creía que le habían dado el bolazo intencionalmente. Dijo a los reporteros, incluyendo a Alden González de ESPN, que creía que pudo haber sido golpeado porque los Padres podrían haber pensado que estaba robando señas desde la intermedia después de su primer turno al bate. Aun así, el cubano confesó después que quizás reaccionó de forma exagerada.

“Reaccioné por la adrenalina”, dijo. “Lo que pasó, pasó. Traté de encontrar una manera de disculparme”.

Cease y el resto de los Padres insistieron en que no fue intencional, y lo llevó un paso más allá de eso.

“Tienen muchas más superestrellas allá si quisiéramos golpear a alguien”, indicó Machado. “Tienen algunos peces gordos allá a los que podríamos golpear. Este juego es una locura, ¿verdad?, esta rivalidad. Es de ida y vuelta. Jugando (contra) esta competencia, las cosas se calientan. Quieres salir y competir. Él está teniendo un año increíble. Va a seguir teniendo una gran temporada increíble. Lo apoyo, pero es parte del deporte”.

Esto no fue exactamente como cuando Will Smith llamó al curazoleño Jurickson Profar “irrelevante” después de un incidente similar la temporada pasada, en el que Profar también expresó su descontento tras un pitcheo que percibió como intencional. Pero tuvo ecos de aquello. Machado se esforzó por elogiar a Pagés después. (Y, como señaló, el patrullero de los Dodgers está en medio del mejor año de su carrera con 13 jonrones y OPS de .806).

Ninguno de los managers le dio demasiada importancia a la situación (aunque ninguno parecía estar al tanto todavía de la afirmación de Pagés sobre el robo de señas).

“No, no creo que haya sido intencional”, dijo el manager de los Dodgers, Dave Roberts. “Simplemente nunca se siente bien que te den un bolazo en el brazo a 100 [millas por hora], así que creo que Andy estaba más que nada frustrado. No creo que hubiera intencionalidad detrás, y se disipó rápidamente”.

Roberts se acercó rápidamente al umpire del plato, Tripp Gibson, pidiendo que los árbitros se reunieran. El piloto de los Padres, Mike Shildt, estaba justo detrás de él. Los umpires se encontraron brevemente en el cuadro interior, pero no se emitieron advertencias.

“Es simplemente que él tuvo esa reacción y una vez que la reacción tiene lugar, nos vamos a asegurar de que todos estén tranquilos”, agregó Shildt.

En esta ocasión, la calma prevaleció. No siempre es el caso con estos dos equipos. Jugaron una reñida Serie Divisional de la Liga Nacional de cinco encuentros en octubre pasado y se han enfrentado en tres de las últimas cinco postemporadas, con los Dodgers ganando dos de esas series.

Este año, los Padres nuevamente parecen ser una de las mayores amenazas para los Dodgers en el Oeste de la Nacional (aunque los Gigantes acaban de realizar un cambio de alto impacto por el dominicano Rafael Devers, cubriendo su mayor necesidad).

Con la derrota del lunes, San Diego se encuentra a 4.0 juegos de Los Ángeles y a 2.5 de San Francisco, con los tres actualmente en posición de playoffs. A estas alturas, ¿sorprendería a alguien si los Padres y los Dodgers se encontraran en octubre por cuarta vez en seis años?