HOUSTON – Todo está bien si termina bien. Eso fue lo único que importó para los Astros el martes, cuando una amplia ventaja sobre los Rangers se convirtió en un cierre de nervios que obligó al piloto puertorriqueño Joe Espada a traer al cerrador dominicano Bryan Abreu, pese a iniciar la octava entrada con ventaja de cinco carreras.
Con los Marineros, líderes divisionales, apaleando a los Reales en Kansas City, este era un juego que Houston necesitaba desesperadamente ganar para seguirles el paso y mantener vivas sus opciones de llevarse la serie particular contra Texas en el cierre del miércoles.
Así que cuando Abreu logró que Kyle Higashioka abanicara un slider en cuenta de 2-2 para el último out, dejando varados en base a los potenciales corredores del empate y de la ventaja, casi todo Daikin Park respiró aliviado mientras los Astros escapaban con un triunfo 6-5 sobre los Rangers.
“No es fácil ganar un juego de Grandes Ligas”, dijo Espada. “Nuestro pitcheo hizo un gran trabajo para ir armando el juego. Se puso un poco salvaje al final, pero conseguimos los 27 outs”.
Los Astros se mantuvieron a medio juego de Seattle en la lucha por el Oeste de la Liga Americana con 10 juegos restantes, pero subieron medio juego por encima de Boston para apoderarse del segundo Comodín. Los Guardianes están a tres juegos de Houston, mientras que los Rangers quedaron a cuatro.
El ganador del partido del miércoles entre Astros y Rangers se llevará la serie particular y con ella el criterio de desempate en caso de terminar con el mismo récord.
“Quieres ganar los juegos en los que estás arriba por varias carreras en las entradas finales y poder cerrarlos, y me alegra que lo hayamos hecho”, comentó el antesalista boricua Carlos Correa.
Tras recibir la dura noticia de que el cubano Yordan Álvarez estará fuera indefinidamente por un fuerte esguince de tobillo sufrido al pisar el plato en el primer juego de la serie, los Astros no se lamentaron. Saltaron a una ventaja de 6-0 en cuatro innings y ganaban 6-1 rumbo al octavo, antes de que los nervios se apoderaran de todos.
Los Rangers anotaron cuatro veces en el octavo contra Enyel De Los Santos, obligando a Espada a llamar a Abreu con la carrera del empate en el plato. El derecho permitió un sencillo impulsor del cubano Adolis García antes de dominar a Cody Freeman con un elevado para cerrar la entrada. En el noveno, Texas colocó a dos corredores en base, pero Abreu ponchó a Higashioka para terminar el juego.
“Cuando entré, ellos tenían el impulso y estaban atacando en grande”, dijo Abreu, quien consiguió su séptimo salvamento desde que tomó el rol de cerrador tras la lesión de Josh Hader el mes pasado. “Estaba allí para competir y tratar de frenar esa ofensiva. Ejecuté mis pitcheos lo mejor que pude y mantuve todo bajo control. Eso era lo principal en lo que pensaba”.
Aunque los aficionados de Houston sufrieron con Abreu en el montículo, sus compañeros tenían plena confianza.
“Bryan Abreu es de élite y merece mucho crédito”, expresó el campocorto quisqueyano Jeremy Peña, quien se fue de 3-3 con una base por bolas y dos anotadas. “Lo ha hecho año tras año. Es muy confiable y cada vez que entra siento que el juego se acaba, y viene y cierra la puerta”.
El novato AJ Blubaugh recetó un máximo personal de siete ponches en tres innings en blanco, y el tandem Colton Gordon limitó a los Rangers a una carrera y dos hits en tres entradas de relevo. Los Astros fabricaron cuatro anotaciones en el cuarto capítulo ante el abridor Merrill Kelly, quien permitió cinco hits consecutivos para abrir la entrada, incluyendo un sencillo de dos carreras del dominicano Jesús Sánchez.
Kelly había limitado a Houston a una carrera y cinco hits en siete innings el 5 de septiembre en Arlington, pero el martes no pudo sacar un sólo out en el cuarto episodio.
“Teníamos un buen plan de juego”, explicó Espada. “Falló más en el medio del plato y estuvimos listos, no perdonamos. En Arlington ejecutó mejor su cambio. Hoy esperamos a que cometiera errores y los aprovechamos”.
Si los Astros completan la barrida el miércoles, pondrán a los Rangers al borde de la eliminación mientras mantienen la presión sobre Seattle.
“Cada victoria es enorme ahora mismo”, concluyó Espada. “Y esta fue muy grande”.