LOS ÁNGELES -- Cuando Max Muncy conectó un elevado de sacrificio al jardín central en el décimo inning para dejar en el terreno a los D-backs y sellar la emocionante victoria del martes por 4-3, terminó el trabajo que Yoshinobu Yamamoto había comenzado.
Yamamoto hizo exactamente lo que el equipo necesitaba, con una noche dominante en el montículo, en la que no permitió hit durante seis entradas y sólo permitió que se embasaran tres bateadores. Hizo 110 pitcheos – un máximo en su carrera en MLB – para completar siete episodios en blanco.
Aunque Yamamoto terminó sin decisión después de que los D-backs remontaran contra Tanner Scott, fue una salida imponente contra un equipo que lo había castigado apenas dos aperturas antes.
“Pensé que él iba a lanzar un juego completo esta noche”, comentó Muncy. “Creí que tenía el repertorio para conseguir un no-hitter. Pero estuvo muy bien, desplegando todo su repertorio. Apesta que sólo le diéramos una carrera [de respaldo]. Obviamente, no fue un gran trabajo de nuestra parte. Pero salir con una victoria… ésa es obviamente la parte más importante”.
Fue exactamente el tipo de jornada que los Dodgers necesitaban tras una racha de cuatro derrotas consecutivas, la más larga de la temporada, marcada por un difícil tramo de su pitcheo.
Durante los primeros siete encuentros de una estadía en casa, los abridores de Los Ángeles se combinaron para una efectividad combinada de 7.89, que los ubicó en el puesto 29no en las Mayores en ese lapso. Durante la racha de derrotas, el club fue superado con marcador global de 32-20.
“Yoshi estuvo fantástico”, dijo el manager de los Dodgers, Dave Roberts. “Necesitábamos cada parte de ello. Le exigimos más de lo que hemos hecho en todo el año, y se ganó esa oportunidad… El splitter (recta de los dedos separados y la curva estuvieron bien buenos hoy. Y ésa es una alineación muy difícil de navegar; él simplemente compitió con toda su fuerza”.
Yamamoto marcó la pauta desde el principio con un primer acto impecable, rompiendo una racha de cinco partidos consecutivos en los que los equipos contrarios anotaban al menos una carrera contra los Dodgers en el primer episodio. Retiró a los D-backs en orden hasta que el dominicano Ketel Marte negoció una base por bolas con un out en el cuarto inning, y fue Marte quien rompió el intento de no-hitter de Yamamoto con un largo sencillo contra la barda del jardín derecho al abrir el séptimo.
“Completar los nueve innings es muy difícil, y… mi conteo de lanzamientos estaba subiendo”, expresó Yamamoto. “Entonces, realmente no estaba pensando en [un juego sin hits]”.
El martes marcó la segunda apertura de Yamamoto de siete entradas sin carreras esta temporada, y la tercera de su carrera en Grandes Ligas.
Después de dominar en sus primeras siete aperturas, Yamamoto tuvo su peor salida de la campaña hace dos aperturas en Arizona, cuando los D-backs le anotaron cinco rayitas con un par de cuadrangulares. El derecho de los Dodgers se recuperó con una apertura de calidad contra los Atléticos el miércoles pasado, pero aún carecía del dominio que tuvo en su gran inicio de temporada.
Incluso contando esas dos salidas, Yamamoto ha sido un pilar de estabilidad para la rotación de los Dodgers, la cual ya ha perdido por lesión a tres miembros de sus cinco abridores a partir del Día Inaugural. El equipo ha tenido 12 aperturas de al menos seis entradas esta campaña, y Yamamoto es responsable de seis de ellas.
El japonés se ha consolidado como el as de los Dodgers, y su equipo está comenzando a esperar ese tipo de aperturas cuando sube al montículo.
“Pudo haber un poco de presión sobre él, pero no lo demostró. Simplemente fue él mismo”, dijo Muncy. “Para mí, así ha sido todo el año, desde la pretemporada. No me sorprendió en absoluto que nos diera el juego que tuvo”.