LOS ÁNGELES -- Antes de que los Cerveceros comenzaran la segunda mitad no oficial de la temporada en el Dodger Stadium la noche del viernes, el manager Pat Murphy reflexionó en voz alta sobre cómo podría aprovechar mejor a su abridor, Quinn Priester.
“¿De verdad vamos a pensar que Priester puede lanzar seis innings contra esta alineación?”, se preguntó Murphy. “¿O vamos a terminar sacando tres entradas de Priester y luego convertir esto en un juego de bullpen? Así que sentimos que lo mejor era hacerlo de esta manera”.
No hizo falta el bullpen. Priester lanzó seis innings completos de forma dominante, guiando a los Cerveceros a una victoria por 2-0, la octava consecutiva para Milwaukee. Permitió sólo tres hits, no otorgó boletos y realizó 77 lanzamientos, ponchando a tres bateadores en dos episodios distintos y terminando con 10 ponches, quedando a uno de empatar su marca personal.
Priester mantuvo a raya a los bates de los Dodgers con una combinación constante de sinker, cutter y slider, con una velocidad del sinker que aumentó más de medio punto respecto a su promedio de la temporada. Combinado con el cutter, esos dos lanzamientos generaron 10 de los 12 swings fallidos que lideraron el juego.
Durante buena parte del encuentro, Priester y el abridor de los Dodgers, Tyler Glasnow, protagonizaron un duelo de lanzadores, permitiendo apenas tres hits combinados en las primeras tres entradas. Pero los Cerveceros finalmente rompieron el cero en la parte alta del quinto inning, cuando Caleb Durbin conectó un doble de 108.8 mph por la línea del jardín izquierdo para remolcar a Isaac Collins, quien se embasó con un boleto para abrir la entrada.
Más tarde, Durbin amplió la ventaja con un jonrón solitario por todo el jardín central.