SACRAMENTO -- Lawrence Butler quedó extendido boca abajo sobre el plato, con los brazos extendidos. Antes de levantar su cuerpo de la tierra del infield y trotar de regreso al dugout, el jardinero de los Atléticos no pudo evitar soltar un suspiro.
Tomen el consejo del último jugador de los Atléticos que conectó uno: Los “jonrones de piernas” pueden ser bastante agotadores.
“Sólo recuerdo estar exhausto, eso es todo”, dijo el manager de los Atléticos, Mark Kotsay.
Así es: Antes de que Butler aplastara el primer lanzamiento que vio en la victoria del martes 10-1 sobre los Bravos para un jonrón dentro del terreno abriendo el juego, el último batazo de este estilo de un jugador de los Atléticos pertenecía a su timonel, el 4 de octubre de 2006, en el Juego 2 de la Serie Divisional de la Liga Americana en Minnesota.
Casi 20 años después, Butler añadió su nombre a los libros de récords como parte de una noche histórica. Después de convertirse en el primer bateador de los Atléticos desde Elmer Valo en 1943 en abrir un partido con un cuadrangular dentro del parque, añadió un bombazo solitario por encima de la barda del jardín central en el Sutter Health Park en la tercera entrada.
Antes del martes, el último jugador de los Atléticos en conectar bambinazos dentro y fuera del parque en el mismo encuentro fue Billy Williams, quien lo hizo en el segundo encuentro de una doble cartelera el 23 de agosto de 1975.
Pero esa no fue la única historia el martes: Gracias a las hazañas del receptor de los Gigantes, Patrick Bailey, en San Francisco, fue el primer día en la historia de MLB en tener una jornada con un jonrón de pierna para abrir un juego y otro de oro para dejar en el terreno.
Butler no conocía la rareza de su gran noche, pero se alegró de saberlo.
"Un saludo a Billy Williams”, proclamó.