¿Empieza a salir del bache? Soto conectó doble clave en una jornada de dos hits
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NUEVA YORK -- Si Juan Soto no hubiera llegado a la noche con una de las rachas sin hits más largas de su carrera, su doble productor en la tercera entrada del viernes habría sido apenas una nota al pie en la victoria 4-2 de los Mets sobre los Rockies, que también incluyó jonrones del boricua Francisco Lindor desde ambos lados del plato y otra sólida apertura de David Peterson.
Pero cualquiera que haya seguido, aunque sea superficialmente, la transición de Soto al equipo entiende que su historia es más compleja que eso.
Durante sus primeros dos meses en Queens, el dominicano ha sido criticado, cuestionado y, a menudo, ineficaz. En una rueda de prensa de 24 minutos antes del partido del viernes en el Citi Field, siete de las primeras ocho preguntas dirigidas al presidente de operaciones de béisbol de los Mets, David Stearns, fueron sobre el contrato de US$765 millones de Soto.
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“Él claramente quiere obtener resultados mejores de los que hemos visto hasta ahora”, manifestó Stearns en respuesta a una de las preguntas. “Pero también entiendo que es natural que, cuando un jugador firma un gran contrato —y este fue un contrato realmente enorme—, si los resultados no son inmediatos, surgirán preguntas y reacciones. Lo entiendo completamente. Creo que Juan también lo entiende”.
La única manera de que Soto acalle esas críticas —o al menos las suavice— es bateando, algo que empezó a hacer nuevamente ante un público alentador la noche del viernes en el Citi Field. Con Lindor en primera y dos outs en la tercera entrada, Soto conectó un doble productor a 113 mph contra el muro entre el jardín derecho y central, poniéndole fin una mala racha de 17 turnos sin hit. Tres entradas después, conectó un sencillo al centro de terreno para completar apenas su segundo juego con múltiples hits en tres semanas.
“Él sólo va a seguir subiendo”, dijo Lindor. “Desde afuera todos siguen diciendo, ‘¿Dónde está Soto? ¿Dónde está Soto?’ Nosotros lo hemos visto. Ha tenido buenos turnos semanalmente. Creo que hoy, la pelota cayó a su favor”.
Antes del viernes por la tarde, era evidente que algo no estaba bien con Soto. Aunque sus números de abril indicaban que seguía controlando los turnos y haciendo contacto fuerte, sus estadísticas de mayo eran menos impresionantes. A ojos de muchos dentro del equipo, Soto se había vuelto demasiado pasivo en el plato, dejándose caer en demasiados conteos favorables al lanzador. Su calidad de contacto había disminuido.
A mediados de mes, el mánager venezolano Carlos Mendoza movió a Soto un puesto más abajo en el orden al bate —un cambio pequeño, pero algo que probablemente no habría ocurrido si la alineación original hubiera funcionado.
“¿Creo que está tratando de hacer un poco de más ahora mismo? Sí, creo que probablemente está tratando de hacer un poco de más”, señaló Stearns antes del partido del viernes.
Luego está toda la evidencia anecdótica de problemas en el paraíso: su incapacidad para silenciar a los abucheadores en la Serie del Subway en el Bronx; sus problemas de actitud ese fin de semana y la semana siguiente en Boston; la oleada de opiniones polémicas (justas o no) sobre si se estaba cuestionando haber firmado con los Mets; y sus salidas apresuradas del Citi Field antes de que los reporteros pudieran ingresar al camerino tras los partidos.
Nada de eso indicaba que Soto estuviera disfrutando su estadía en Flushing. Y aun así, entre todo eso, sus compañeros y los directivos de los Mets insistían en que una versión diferente de Soto estaba por venir.
“Es cuestión de tiempo”, dijo Soto. “No sabemos cuándo va a llegar. Yo simplemente seguiré trabajando”.
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Una actuación de dos hits contra uno de los peores equipos en la historia del béisbol no puede borrar todos los problemas en una sola noche, pero quizás sea un comienzo. Además de su aporte ofensivo, Soto hizo una atrapada corriendo en el jardín derecho en la séptima entrada (aunque tomó una ruta algo curva hacia la pelota). Mendoza se mostró más impresionado con la forma en que Soto persiguió un doble productor de Ryan McMahon hacia la esquina del jardín derecho, evitando que se anotara una segunda carrera importante en la sexta.
En conjunto, fue uno de los mejores partidos de Soto como integrante de los Mets, en un momento en que le urgía —aunque fuera sólo para calmar los comentarios que rodea su inicio en Nueva York.
“Este no ha sido un mes en el que haya rendido al nivel del estándar de Juan Soto al que todos están acostumbrados”, dijo Stearns. “Es un estándar muy, muy alto. Pero incluso los mejores jugadores pasan por altibajos. Nuestro trabajo es ayudarlo a superarlos”.