Snell, Dodgers pintan de blanco a S.D. y recuperan la cima del Oeste
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LOS ÁNGELES -- No fue la salida más lucida, pero Blake Snell supo sobreponerse.
El zurdo de 32 años permitió cuatro hits a los primeros cinco bateadores que enfrentó la noche del sábado, pero luego retiró a 12 de los siguientes 13 Padres mientras se asentaba para lanzar seis innings en la victoria de los Dodgers 6-0 en el Dodger Stadium.
L.A. recuperó en solitario el primer lugar del Oeste de la Liga Nacional, colocándose un juego por encima de los Padres, además de asegurar la serie de temporada y el desempate directo.
El receptor Will Smith ayudó a Snell a estabilizarse al sacar a tres corredores que intentaban robarse bases en los dos primeros innings.
“Al principio, estaba tratando de sentir dónde me encontraba”, dijo Snell. “Ellos dieron buenos hits. Will mantuvo el control. En dos innings, él tenía tres outs y yo tres outs. Estábamos compitiendo. Eso marcó el tono”.
Conforme avanzó su presentación del sábado, Snell siguió ajustando.
Fue su primera apertura contra los Padres desde que salió en la agencia libre tras ganar su segundo Premio Cy Young en 2023, y él sabía muy bien de la familiaridad mutua.
“Estuve ahí tres años; conozco muy bien a este equipo”, dijo Snell. “Pero fui aprendiendo muchas cosas durante el juego y me asenté cuando entendí lo que intentaban hacer”.
Snell detectó tantas señales como pudo —qué lanzamientos dejaban pasar los Padres, a cuáles hacían swing. Le llamó la atención su agresividad en las bases al inicio. Tres de los primeros cuatro outs de los Dodgers llegaron gracias al brazo de Smith.
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Los Dodgers aprovecharon los problemas de comando del abridor de los Padres, Dylan Cease, y tomaron ventaja de cinco carreras en las dos primeras entradas, dándole a Snell un colchón que al final no necesitó.
A partir de ahí, Snell se adueñó del juego con su segunda apertura consecutiva sin permitir carreras, luego de su salida de cinco innings y 10 ponches contra los Azulejos el 9 de agosto.
Tras aquella apertura, Snell señaló que quería trabajar en el comando de su recta, y el sábado lo tuvo afinado. Con el cuatro costuras como base de su repertorio, consiguió seis de sus 15 swings fallidos con ese pitcheo, además de cinco strikes cantados.
“Los resultados han sido buenos, pero hay cosas que debo mejorar”, dijo Snell. “No puede ser así siempre. Si no soy eficiente, si no domino la zona, si las formas de mis lanzamientos no están donde quiero, los resultados no bastan. Estoy persiguiendo algo más que eso. Tengo que mejorar”.
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Considerando que esta fue su quinta apertura de la temporada, y la tercera desde que regresó de una larga estadía en la lista de lesionados por inflamación en el hombro izquierdo, Snell todavía lo considera como su primera mitad del año. Sigue viendo juegos, analizando los swings de los bateadores y estudiándolos.
“Al principio uno no sabe”, explicó Snell. “Los jugadores cambian sus swings, van con coaches de bateo, todos ajustan. Tienes que descifrar eso. Pero cada quien es quien es. Ajustas y ves cómo sacarlos, atacas sus debilidades y también sus fortalezas porque es un juego mental también. Tienes que hacer ambas cosas, pero sabiendo tus momentos”.
El sábado, Snell descifró lo suficiente para darle a los Dodgers seis innings, un día después de que Clayton Kershaw hiciera lo mismo.
“Es bueno. Es importante”, dijo el manager Dave Roberts. “Si miras a nuestro bullpen, tendremos seis o siete brazos disponibles mañana. Me siento confiado en que todos pueden evitar carreras, y eso empieza con lo que hicieron Clayton y Blake esta noche”.