McLean debuta con joya defensiva y victoria para los Mets ante Marineros 

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NUEVA YORK - En su debut en las Grandes Ligas, no se esperaba que Nolan McLean evitara del todo algunos momentos difíciles. Lo que más importaba era lo que McLean hacía cuando llegaran esos problemas.

McLean atrapó por detrás de la espalda un roletazo de Julio Rodríguez para iniciar una doble matanza 1-4-3 que cerró la la tercera entrada de su debut, dejando el juego sin carreras en el Citi Field. Media entrada después, los Mets tomaron una ventaja que no cederían en una victoria por 3-1 sobre los Mariners el sábado.

Jugador de dos vías en la universidad, McLean necesitó todo su atletismo después de conceder dos bases por bolas y permitir un sencillo de Cal Raleigh con un out para llenar las bases en la tercera. El siguiente bateador, Rodríguez, conectó una roleta de 82 mph al montículo. McLean, cuyo movimiento lo había hecho caer hacia el lado de primera base, estiró el brazo izquierdo hacia atrás para atrapar el batazo. Luego, con serenidad, lanzó a Brett Baty en segunda para iniciar una doble matanza relativamente fácil.

Ese fue el primer momento destacado de la apertura de McLean, el prospecto número 3 de los Mets y el 37mo mejor prospecto del béisbol. El derecho terminó con oche ponches en 5.1 entradas sin permitir carreras para apuntarse el triunfo.

McLean estuvo tan efectivo que cuando el mánager de los Mets, Carlos Mendoza, vino a sacarlo después de 91 lanzamientos (55 strikes), el Citi Field estalló en abucheos. Sin embargo, en cuanto McLean le entregó la pelota a Mendoza y comenzó a retirarse del montículo, esos mismos aficionados se pusieron de pie para ofrecerle una ovación.

"Los escuché alto y claro", dijo Mendoza. "Y si yo estuviera sentado en las gradas, también me estaría abucheando".

Los Mets llamaron a McLean de Triple A en Syracuse el sábado para reemplazar a Frankie Montás en la rotación y, idealmente, ayudar a su cuerpo monticular, que se encontraba en apuros.

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McLean mostró su potencial de inmediato, congelando a Randy Arozarena con una recta cortada para ponchar al primer bateador de su carrera, y luego ponchó a Josh Naylor con una curva para cerrar la parte alta de la primera. McLean ponchó a cuatro de los primeros 10 bateadores que enfrentó, incluyendo a Arozarena en dos ocasiones.

"Surrealista", así describió McLean el día. "Es decir, no podría haberlo imaginado mejor"

Francisco Lindor impulsó la primera carrera del juego con un doblete productor en la tercera entrada para poner a McLean en camino a la victoria, mientras que Edwin Díaz registró los últimos seis outs para el salvamento.

Mientras tanto, McLean y su familia disfrutaban del día. Tras la sexta entrada, el marcador del Citi Field mostró una imagen del novato en el dugout. Los aficionados comenzaron a vitorear, saludando a su nuevo lanzador favorito. Al principio, McLean miró el marcador con una sonrisa tímida. Luego, levantó el puño y lo saludó a la multitud.

"No se notaría que era su primer día", dijo Lindor.

Después, los Mets convirtieron a McLean en el centro de su celebración en el campo antes de llevarlo al vestuario y bañarlo con cerveza. Por primera vez en mucho tiempo, el ambiente en el Citi Field era indudablemente bueno. Y hay una esperanza realista de que las cosas sigan así.

A principios de esta semana, temeroso de cargar demasiado a McLean con responsabilidad, Mendoza no se comprometió a darle más que una apertura en la rotación. Cuando le preguntaron el sábado por la noche si el novato se había ganado otro, Mendoza se rió.

"Creo que sí", dijo el mánager. "¿Tú no?"

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