Domínguez superó a DiMaggio como el Yankee más joven con un juego de 3 HR
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SACRAMENTO -- Mientras recorría las bases, ni siquiera el dominicano Jasson Domínguez podía creerlo. El joven jardinero de los Yankees nunca antes había conectado DOS jonrones en un mismo juego de Grandes Ligas antes de la noche del viernes, cuando su grand slam en la octava entrada convirtió inmediatamente una noche que ya era la mejor de su carrera en una verdaderamente histórica.
“No puede ser”, se dijo Domínguez a sí mismo mientras trotaba frente a una multitud que llenó el Sutter Health Park y se quedó sin palabras. “De ninguna manera”.
Pero sí que la hubo. El tablazo con las bases llenas de Domínguez no solo abrió el marcador para los Yankees en la victoria del viernes por 10-2, sino que lo convirtió —a los 22 años y 91 días de edad— en el pelotero más joven en la historia de la franquicia con un partido de tres jonrones. Esa marca la había establecido previamente Joe DiMaggio (22 años y 200 días) en 1937.
“Esta noche fue especial”, expresó Domínguez. “Una noche muy especial que recordaré”.
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Incluso antes de esa fatídica octava, ya lo era. Domínguez, un bateador ambidiestro, conectó bambinazos consecutivos junto con el inicialista Paul Goldschmidt en su primer turno al bate en la segunda entrada, bateando a la zurda contra el abridor de los Atléticos, el dominicano Osvaldo Bidó.
Volvió a conectar un cuadrangular como bateador derecho contra el zurdo Hogan Harris en el séptimo tramo, antes de cambiar de nuevo al lado izquierdo en el octavo capítulo para su tablazo indiscutible con las bases llenas.
Domínguez se convirtió en el primer Yankee desde Aaron Hicks en el 2018 con un encuentro de tres vuelacercas que incluyó batazos desde ambos lados del plato. Es el tercer jugador en la historia de MLB en lograrlo con un bambinazo con las bases llenas, una hazaña previamente lograda por Bill Mueller en el 2003.
“Uno desde el lado derecho, dos desde el izquierdo, obviamente eso no sucede muy a menudo”, comentó el dirigente de los Yankees, Aaron Boone. “Generalmente se necesita un jugador bastante talentoso para hacer algo así”.
Domínguez ciertamente encaja en esa descripción. Visto como un gran prospecto desde que era un adolescente, hizo su debut en MLB a los 20 años en el 2023 e inmediatamente cumplió, despachando cuatro estacazos en sus primeros siete juegos.
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Pero un desgarro del ligamento colateral ulnar (UCL) puso fin a su prometedora campaña de novato y lo mantuvo fuera hasta agosto del 2024. Después de batear apenas .179 en acción limitada ese año, Domínguez trabajó extensamente durante el receso de temporada, perfeccionando su guante en los terrenos secundarios y entrenando en las jaulas de bateo durante la pretemporada.
Sus compañeros de equipo en los Yankees, incluido el jardinero estrella Aaron Judge, ciertamente tomaron nota.
“Verlo tener un juego como el de esta noche, tres cañonazos, es simplemente especial”, expresó Judge. “Creo que se ve la emoción de todos en el dugout con cada jonrón”.
Para Boone, el tablazo final de Domínguez fue producto no sólo del talento del joven, sino del enfoque implacable del equipo en el plato. Desde la base por bolas de Trent Grisham abriendo el octavo acto y el doble de Judge en la primera entrada hasta un ataque de cinco carreras en ese mismo octavo, los Yankees produjeron tráfico en los senderos en casi cada episodio. Totalizaron 14 imparables y recibieron seis boletos.
“Es divertido ver eso cuando todos tienen turnos realmente reñidos y trabajados, y luego la presa se rompe porque son realmente buenos”, señaló Boone. “Simplemente una jornada muy sólida, y todos jugaron un papel, siento yo. Golpe al cuerpo, golpe al cuerpo, golpe al cuerpo y luego boom”.
Domínguez produjo ese “boom” para los Yankees. Con una rayita ya en el plato y las bases llenas en la octava, le dio la vuelta a un sinker en cuenta de 1-2 a 97.6 millas por hora del relevista dominicano de los Atléticos, Elvis Alvarado —quien hacía su debut en Grandes Ligas— y la depositó en el bullpen visitante en el jardín derecho-central, donde la pelota rebotó una vez y encontró su camino hacia un aficionado de los Yankees.
El bombazo con las bases llenas coronó una noche como ninguna otra que Domínguez hubiera tenido —excepto “en el PlayStation”, donde (jugando consigo mismo) el joven cañonero aparentemente no es ajeno a los juegos de tres bambinazos.
Ni siquiera una sólida demostración en la práctica de bateo previa al partido insinuó el tipo de jornada que Domínguez estaba a punto de ofrecer.
“Me sentí bien, pero no sentí que tendría un día como este”, confesó.
Para los Yankees, es difícil no imaginar más días como este en el horizonte. Domínguez ha iniciado ahora 31 de los 38 compromisos del equipo, y después de la explosión del viernes, ahora tiene cinco vuelacercas y un OPS de .802.
Si es capaz de mantener un puesto en la alineación, otro partido de tres estacazos podría no ser una sorpresa tan grande.
“Sólo necesita jugar”, concluyó Boone. “Es la experiencia con él. Es muy talentoso”.