“Qué regalo”: Filis aseguran su segundo título consecutivo del Este de la L.N.
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LOS ÁNGELES -- Garrett Stubbs se dirigió directo a la cocina del clubhouse visitante en el Dodger Stadium.
Necesitaba jugo de manzana.
Los Filis acababan de asegurar su segundo título consecutivo del Este de la Liga Nacional la noche del lunes con una victoria de 6-5 sobre los Dodgers en 10 entradas. Fue un cierre salvaje y divertido tras un día largo. El equipo aterrizó en Los Ángeles poco antes de las 2 a.m. hora local, varias horas más tarde de lo previsto debido a otro problema mecánico con su avión (algo que ya ha sucedido varias veces esta temporada). Pero, sin importar la hora de llegada ni el cansancio, tenían que enfrentar a los Dodgers a las 7:10 p.m., hora del Pacífico.
No era lo ideal, pero no lo convirtieron en una excusa.
Jugaron. Ganaron. Celebraron.
“¡Es jugo de manzana!”, exclamó Bryce Harper sonriendo mientras sostenía un pequeño envase transparente.
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Harper no bebe alcohol, así que quería asegurarse de que todos lo supieran antes de verter el jugo en un embudo de cerveza.
“Por si acaso mi esposa está mirando”, bromeó Harper.
Harper se lo bebió de un trago. Sus compañeros lo ovacionaron.
Los Filis comenzaron el juego del lunes con su número mágico para conquistar el Este de la Liga Nacional en uno. Momentos después, Kyle Schwarber conectó su 53er jonrón de la temporada para dar ventaja de 1-0 a los Filis, aunque los Dodgers remontaron y se fueron arriba 3-1 hasta el séptimo inning, cuando la parte baja del orden ofensivo de Filadelfia tomó protagonismo.
Otto Kemp abrió el episodio con un doble de regla hacia el jardín izquierdo. Un sencillo de Bryson Stott con un out impulsó a Kemp. Luego, Weston Wilson conectó un bambinazo de dos carreras por el jardín central para poner a los Filis al frente 4-3.
La ventaja no duró mucho. Orion Kerkering permitió un jonrón del empate a Mookie Betts en la parte baja del capítulo. Pero Harper retomó el control en el octavo, disparando un cuadrangular entre los jardines derecho y central para dar ventaja de 5-4 a los Filis.
Harper aún no había llegado a la inicial cuando la pelota superó la cerca. Levantó su brazo derecho en el aire. Cerró el puño rumbo a la segunda base. Celebró varias veces mientras recorría las almohadillas.
Volvió a aplaudir al pisar el plato.
“Eso fue una pelea de peso completo”, dijo Harper.
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Los Filis esperan más batallas así a partir del próximo mes.
Si la temporada hubiera terminado el lunes, los Filis tendrían pase directo a la segunda ronda y serían el segundo sembrado de la Liga Nacional. Podrían enfrentar a los Dodgers en la Serie Divisional.
Los Dodgers ganaron la Serie Mundial el año pasado. Los Filis creen que pueden ganarla este año. Se han quedado cortos en las últimas tres temporadas: perdieron la Serie Mundial en 2022, la Serie de Campeonato en 2023 y la Serie Divisional en 2024.
Quizás esta vez sea distinto.
Quizás este equipo sea distinto.
“Seguimos empujando, seguimos batallando”, externó Schwarber. “Son muchos de los mismos rostros, ¿cierto? Todos saben y esperan lo que cada uno espera del otro. Creo que eso es lo grandioso. Esperamos mucho de nosotros mismos”.
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Muchos de los rostros son los mismos de 2022. Pero también hubo adiciones. Llegaron Harrison Bader, el dominicano Jhoan Durán y David Robertson durante el verano. Durán y Robertson han sido un regalo para el bullpen de los Filis. Durán ha estado magnífico, incluso con el jonrón del empate que permitió en el noveno al cubano Andy Pagés.
“Yo quería ganar ahí en el montículo, quería el salvamento”, dijo Durán. “Pero no puedo ser perfecto siempre”.
Tras un elevado de sacrificio de J.T. Realmuto en la parte alta del décimo, Robertson llenó las bases en la parte baja, pero logró evitar que entrara alguna carrera.
“Sabía que este equipo era bueno”, comentó Robertson. “Sabía que teníamos buenas posibilidades de ganar la división. Definitivamente no me imaginaba lanzando en entradas extra con corredores por todos lados, tratando de hacer el pitcheo necesario para salir del lío. Pero fue un ambiente intenso. Un juego divertido. Se sintió como un juego de postemporada”.
Los Filis entregaron dos de sus mejores prospectos por Durán. Mandaron un par de prospectos de menor nivel por Bader. Firmaron a Robertson como agente libre, lo que los empujó aún más allá del impuesto de lujo, lo que implica más penalizaciones económicas.
¿Y qué?
“El dinero es la parte fácil”, dijo propietario mayoritario de los Filis, John Middleton. “Esa es la parte fácil”.
Bader, como Durán y Robertson, ha sido un verdadero regalo.
Sus compañeros y la ciudad se han enamorado de él por su rendimiento tanto ofensivo como defensivo, y por la energía que transmite en el terreno. Repite tanto la frase “qué regalo” que el mánager Rob Thomson la citó cuando Schwarber pegó su 50mo jonrón la semana pasada. Stubbs incluso mandó a hacer camisetas.
“Creo que la energía lo es todo, y amo absolutamente lo que hago”, destacó Bader. “Y es parte de mi personalidad. Y estoy agradecido de que mis compañeros acepten esa personalidad y me permitan salir al campo a hacer lo mío. Creo que uno puede contagiar esa buena energía. Así que simplemente comparto mi amor por el juego con ellos”.
¿De verdad dice tanto “qué regalo” como para ponerlo en una camiseta?
“Lo tengo tatuado en el brazo”, dijo Bader, señalando las palabras en su antebrazo izquierdo. “Pone muchas cosas en perspectiva, sinceramente. En cuanto lo dices, ‘qué regalo’, cambia tu mentalidad. Incluso si es algo malo, molesto o incómodo, simplemente te cambia la perspectiva. Es como cuando estás atascado en el tráfico, vas tarde, estás estresado, y simplemente miras hacia arriba y dices, ‘qué regalo’. Cambia todo”.
Bader contó que se hizo el tatuaje en la temporada baja.
Quizás era el destino.
“Es el destino”, concluyó.