Drama en el Bronx: expulsan a Tatis y Shildt y los Padres remontan con furia

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NUEVA YORK -- Mike Shildt no estaba en el dugout para presenciarlo. De hecho, acababa de lanzar sus anteojos en medio de una acalorada discusión con el umpire principal Adrian Johnson, así que quizá ni siquiera hubiera podido verlo bien. Pero los Padres lograron una remontada sensacional la noche del lunes en un Yankee Stadium empapado por la lluvia.

Una remontada del tipo que ha comenzado a definir esta primera parte de la temporada 2025 para San Diego.

Minutos después de que Shildt y el dominicano Fernando Tatis Jr. fueran expulsados por discutir, los Padres armaron una dramática reacción en el octavo episodio, anotando cuatro carreras con dos outs para borrar un déficit de tres anotaciones en un instante. Fue suficiente para imponerse 4-3 sobre los Yankees en el primer juego de esta serie Interligas entre contendientes.

“Todas cuentan igual en la columna de victorias”, aseguró Shildt. “Pero esta tiene un valor más profundo por lo que representa y cómo competimos. Es el ADN de este equipo: el ‘grit squad’”.

San Diego no había anotado en los primeros siete innings. Tatis llegó al plato como la carrera del empate con un out en el octavo, pero se ponchó abanicando. Mostró su disgusto con un strike cantado que pareció rozar la zona baja y le dijo algo a Johnson, quien lo expulsó de inmediato —la primera expulsión de su carrera.

“¿Qué dije?”, respondió Tatis con una sonrisa. “Se me olvidó”.

Sea lo que sea que dijo, Shildt no lo aceptó y entró furioso al terreno. Lanzó su tarjeta de alineación, su bolígrafo y —posiblemente por primera vez— también sus anteojos. Se desahogó por completo, y tal vez eso encendió a sus pupilos.

“Yo amo a Mike Shildt”, exclamó el venezolano Luis Arráez, quien estaba en el círculo de espera en ese momento. “Él apoya a sus jugadores. Cuando vi eso, dije: ‘Vamos a remontar’”.

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Y así fue. Arráez negoció boleto en cuatro pitcheos, llenando las bases. Luego los Yankees sustituyeron a Devin Williams por Luke Weaver, y Manny Machado respondió con un doble de dos carreras al rincón del jardín izquierdo. Xander Bogaerts siguió con un sencillo que impulsó dos más. De la nada, los Padres estaban al frente.

“Esto demuestra qué tipo de equipo somos”, destacó Tatis. “Aquí todos nos respaldamos”.

El zurdo Carlos Rodón había maniatado a la ofensiva de San Diego por 6.2 entradas. Por su parte, Nick Pivetta lanzó de forma sólida pese a permitir un jonrón de dos carreras ante el exPadre Trent Grisham y una carrera sucia en el sexto acto bajo la lluvia.

Ambos abridores lidiaron con dos retrasos de 28 minutos por lluvia —uno antes del primer lanzamiento y otro en la parte baja del cuarto. Pivetta batalló para sostener la bola en condiciones húmedas, pero volvió al montículo tras la pausa y mantuvo a raya a los Yankees.

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El bullpen de San Diego, uno de los mejores de MLB con efectividad colectiva de 1.68, hizo el resto. El novato Ryan Bergert se llevó su primera victoria con un séptimo inning sin daño. Fue el noveno triunfo de los Padres en remontadas esta temporada.

“Esa es la identidad de este equipo: entrega total hasta el último out”, manifestó Tyler Wade, quien inició el ataque del octavo con base por bolas. “Una gran victoria para nosotros”.

Después del boleto de Wade, Brandon Lockridge —otro exYankee— conectó un sencillo de blooper con dos strikes. Luego vinieron las expulsiones y la reacción.

“Esa expulsión nos encendió”, afirmó Bogaerts.

“Me encantó eso”, agregó Tatis. “Mike siempre nos respalda y lo demuestra de todas las formas posibles”.

Y no, Tatis no olvidó realmente lo que dijo. Aunque no se comprometió a decir si merecía la expulsión. “Nunca me habían expulsado. No sabía qué esperar”.

Shildt, por otro lado, estaba convencido. Lo suficiente como para lanzar sus anteojos. No recuerda haber hecho eso antes, pero al menos se aseguró de no dañarlas.

“Me aseguré de que cayeran en el pasto”, dijo Shildt desde su oficina tras el juego, con los lentes en la mano. “No quiero que se rayen. Me gustan mucho estos anteojos”.

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