Despedida de Kershaw en casa: Ovación y clasificación
This browser does not support the video element.
LOS ÁNGELES -- Clayton Kershaw se quedó solo en la lomita del Dodger Stadium, el único parque que ha llamado hogar en 18 temporadas de Grandes Ligas.
Mientras sonaba “We Are Young” a todo volumen por los altavoces, apenas opacado por la lluvia de cariño desde las abarrotadas gradas, la leyenda zurda de los Dodgers notó que sus compañeros no habían salido al terreno. Kershaw señaló hacia la cueva local, luego miró hacia las tribunas y saludó a los aficionados.
Era la escena que Max Muncy, el tercera base con más tiempo en el club después de Kershaw, había anticipado un día antes.
“Cuando se trata de Clayton,” dijo Muncy, “creo que nada lo molestaría más que hiciéramos algo así. Así que vamos a salir al campo como siempre, a jugar con todo y a conseguirle una Victoria”.
Muncy acertó en dos de tres puntos: los Dodgers aseguraron su pase a la postemporada gracias al triunfo de los Filis sobre los D-backs, poco antes de vencer 6-3 a los Gigantes.
A pesar de los deseos de Kershaw, nunca iba a ser una noche normal de viernes en el Dodger Stadium.
El jueves, al anunciar entre lágrimas su retiro al final de la temporada 2025, Kershaw había dicho que esperaba dejar atrás la parte emotiva. Pero terminó absorbiendo todo el cariño de fanáticos, compañeros y cuerpo técnico, tanto al entrar al juego como al salir tras 4.1 innings, en medio de otra estruendosa ovación.
“Estoy muy agradecido con cada aficionado de los Dodgers que ha pasado por los pasillos aquí en el Dodger Stadium, y con todos los que he tenido la oportunidad de conocer en el camino”, dijo Kershaw el jueves. “Ha sido algo muy especial contar con esa afición detrás de nosotros todos estos años. No hay nada mejor que tener un Dodger Stadium lleno y poder lanzar frente a ellos”.
This browser does not support the video element.
Desde su debut en las Mayores en 2008 hasta su ponche número 3,000 en julio pasado, muchos de los logros que definieron la carrera de Kershaw ocurrieron en el Dodger Stadium. Su última apertura de temporada regular en casa fue, de manera apropiada, contra un rival familiar.
No solo ha enfrentado a los Gigantes más que a cualquier otro equipo, sino que los ha dominado históricamente. Antes del viernes, tenía marca de 27-16 con 2.08 de efectividad en 62 juegos (60 aperturas) contra San Francisco. Sus 421 ponches frente a los Gigantes son la mayor cantidad de todos los tiempos, superando los 416 de Warren Spahn, miembro del Salón de la Fama.
Aunque su última apertura frente a San Francisco comenzó con un jonrón de Heliot Ramos como primer bateador, Kershaw cerró su labor con dos carreras limpias, cuatro hits y cuatro boletos permitidos, además de seis ponches. Abanicó a Rafael Devers para el primer out del quinto episodio antes de que el mánager Dave Roberts acudiera a la lomita para sacarlo, provocando una ovación extendida.
This browser does not support the video element.
Los aficionados se pusieron de pie durante tres minutos y medio mientras Kershaw abrazaba a sus jugadores del cuadro y luego a Roberts. Guardó la pelota en el bolsillo trasero antes de salir de la lomita, extendiendo los brazos hacia el público como si quisiera abrazarlos. Tras más abrazos en la cueva, Kershaw salió para un saludo final, levantando la gorra y llevándosela al corazón.
Puede que el libro de la temporada regular de Kershaw aún no se haya cerrado por completo. Podría tener una última apertura la próxima semana como visitante. Después, se espera que forme parte del roster de postemporada de los Dodgers, aunque no en la rotación.
En los próximos años, es posible que el Dodger Stadium no vuelva a ver a un jugador como Kershaw, un futuro miembro del Salón de la Fama que pasó toda su carrera en Grandes Ligas con un solo equipo. La noche del viernes fue una despedida digna de uno de los mejores lanzadores de su generación.