¡A palo limpio! Mets cortan racha negativa en Filadelfia con 7 jonrones solitarios
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FILADELFIA - Brandon Nimmo estaba repasando los logros de los Mets el sábado por la noche en el Citizens Bank Park cuando llegó a la parte de los jonrones.
"¿Cuántos fueron? ¿Siete?", dijo Nimmo. "Sí. ¡Qué locura!".
Entre los muchos adjetivos posibles para describir siete jonrones en un juego, "locura" aplica tan bien como cualquier otro. Los siete tablazos fueron solitarios, igualando un récord de las Grandes Ligas. Fue también la quinta vez en la historia que los Mets conectaron siete cuadrangulares en un partido.
Nimmo conectó dos jonrones al igual que Soto. Francisco Lindor, Nimmo y Soto conectaron bambinazos consecutivos en la tercera entrada, antes de que Jared Young y Francisco Álvarez añadieran un par de tablazos al final.
Lo más importante para los Mets fue que su demostración de poder les permitió romper una racha de siete derrotas consecutivas con una paliza de 11-4 sobre los Filis.
"Fue una actuación impresionante de nuestros muchachos", dijo el mánager Carlos Mendoza. "Conectaron algunos bombazos".
En muchos sentidos, fue una catarsis ofensiva para los Mets, que conectaron 15 hits en total. Soto conectó cuatro, su mejor marca de la temporada, e impulsó cuatro carreras, otra marca personal. Lindor añadió dos hits de extrabases y tres carreras impulsadas. Siete Mets anotaron carreras y nueve se embasaron al menos una vez, y gran parte del daño se produjo contra el abridor de los Filis, Mick Abel, y el relevista Joe Ross.
Nimmo dio el primer estacazo en el primer episodio y dos entradas después, Lindor abrió la tercera con un jonrón para romper una racha de 18-0 en el plato. Nimmo siguió con otro, y Soto pegó el tercer jonrón consecutivo, la primera vez que los Mets lo hacen desde 2022.
"Ver a los otros dos bateadores pegarle mucho más lejos que yo fue genial", dijo Lindor. "Aprovecharon los errores y batearon la pelota muy lejos. Fue chévere verlo".
Luego, Lindor estuvo a pocos pies de conseguir otro jonrón, conformándose con un doble de dos carreras. Pero sus compañeros no habían terminado de sacarla por encima de la verja. En la quinta, Soto envió un lanzamiento de Ross en el segundo nivel en el jardín derecho. Con 437 pies, fue el jonrón más largo de Soto en la temporada.
"Se siente muy bien", dijo riendo. "Por fin estoy teniendo suerte".
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La distancia combinada de los siete jonrones de Nueva York fue de 2,911 pies, o más de media milla. Todo esto contribuyó a un partido divertido y relajado para un equipo que lo necesitaba con urgencia, lo que permitió a los Mets pasar por alto otra actuación mediocre de su abridor —esta vez de Griffin Canning— y disfrutar de una victoria relativamente fácil.
Mendoza pudo relajarse en las últimas entradas. Por primera vez en más de una semana, los Mets pudieron celebrar en su camerino después del partido con la música a todo volumen.
"Van a pasar por eso, pero sabemos que estamos bien", dijo Mendoza. "Sabemos que tenemos buenos jugadores".
Quizás nadie necesitaba este tipo de noche más que Lindor, quien había estado cazando pelotas fuera de la zona de strike con regularidad durante la racha de siete derrotas de los Mets contra los Rays, Bravos y Filis. En las horas posteriores a la séptima derrota consecutiva del equipo el viernes, Lindor hizo todo lo posible por dirigir la conversación sobre el equipo hacia él mismo.
"Tenemos que ser mejores de lo que somos, especialmente yo", dijo Lindor. "Tengo que ser mejor. Estoy en un punto en el que tengo que hacer cosas para ayudar al equipo".
Los Mets ahora han ganado 28 juegos consecutivos en los que Lindor conecta jonrón, uno menos que el récord de Carl Furillo, establecido hace 71 años. Al preguntarle sobre esa racha, Lindor sonrió.
"Ojalá hubiera conectado jonrones en Atlanta", indicó.