“51mplemente el Mejor”: Marineros retiran el número de Ichiro; lo siguiente: una estatua
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SEATTLE -- El número 51 no significaba nada para Ichiro Suzuki en el draft de 1991.
Como todos los seleccionados de los Orix Blue Wave, le asignaron un número. A Ichiro simplemente le tocó el 51.
El sábado, 34 años después de su debut en Japón, seis años después de su último juego y dos semanas después de convertirse en el primer jugador japonés exaltado al Salón de la Fama, Ichiro caminó al campo desde detrás de la barda del jardín central en el T-Mobile Park, ante el rugido de un estadio lleno. A su espalda, colgaba un cartel sobre la zona de bateo con su imagen y el lema “Simply the Best”, pero las dos primeras letras fueron reemplazadas por un 51. Caminó sobre el pasto, pasando justo entre el 5 y el 1 que habían sido cortados en el césped del jardín central. El número también se exhibía a lo largo de las líneas de primera y tercera base, en la pantalla gigante y en letreros por todo el estadio.
Y sobre su hombro derecho, más allá de la barda del jardín central-izquierdo, estaba el número 51, retirado junto al 11 de Edgar Martínez, el 24 de Ken Griffey Jr. y el 42 de Jackie Robinson.
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“Obviamente es un día increíble para Ichiro, un honor enorme que le retiren su número”, dijo el manager de los Marineros, Dan Wilson. “Verlo ser reconocido por el jugador y la persona que es. Cooperstown fue parte importante de eso, pero hay algo un poco más especial cuando es frente a su gente. Va a ser divertido ver la reacción hoy por Ichiro”.
Y ese fue precisamente el sentimiento con el que Ichiro inició su discurso, en su segunda intervención en inglés en dos semanas, evocando las famosas palabras de Griffey:
“Estoy muy orgulloso de ser un Marinero de Seattle”.
Al igual que Griffey, Ichiro saltó a la fama nacional con los Marineros antes de dejar Seattle hacia el final de su carrera. Pero tras sus breves pasos por Nueva York y Miami, regresó al Noroeste del Pacífico en 2018, donde conectó 2,542 de sus 3,089 hits en las Mayores.
“Al igual que él, me di cuenta al irme que realmente no hay lugar como el hogar”, dijo Ichiro.
Ahora, ese número 51 se quedará para siempre en casa, en el T-Mobile Park.
Pronto, sin embargo, tendrá compañía. Porque aunque el 51 adquirió significado para Ichiro tras nueve años con los Blue Wave, en Seattle tuvo un sentido distinto… para otra estrella.
Por eso, durante la mayor parte de su discurso de 20 minutos, Ichiro se dirigió al otro número 51 de la franquicia, quien presenció la ceremonia sentado con los demás miembros del Salón de la Fama de los Marineros: Randy Johnson.
“Cuando decías 51 en Seattle, sabías que significaba Randy Johnson por todos sus grandes logros entre 1989 y 1998 con ese uniforme”, dijo Ichiro. “Cuando llegué aquí en 2001, jamás podría haber usado ese número sin el consentimiento de Randy. Me lo dio, y me lo dio generosamente”.
A comienzos de este verano, los Marineros anunciaron que honrarán a Johnson —quien ganó el primero de sus cinco premios Cy Young en Seattle— la próxima temporada, retirando el número 51 por segunda vez.
“Estoy agradecido con Randy por asistir a mi ceremonia hoy”, comentó Ichiro. “Será un gran honor para mí asistir a la suya la próxima temporada”.
Pero los reconocimientos tampoco han terminado para Ichiro. Antes del discurso del jardinero, el presidente y socio principal de los Marineros, John Stanton, anunció que Ichiro se unirá a Griffey y Martínez al ser homenajeado con una estatua fuera del T-Mobile Park.
La presencia de Ichiro ha marcado toda la temporada en Seattle desde que fue elegido oficialmente al Salón de la Fama en enero —a un voto de ser unánime— en su primer año en la boleta. En el Día Inaugural, los Marineros revelaron una lona con una cuenta regresiva junto a la grada superior del jardín derecho-central, marcando los días hasta su exaltación. Esa cuenta llegó a cero hace dos semanas, cuando encabezó la ceremonia en Cooperstown, dejando asombrados a los miembros del grupo de leyendas al que se unió.
Pero aunque eso ocurrió en la cuna de la historia del béisbol, fue a más de 2,800 millas de donde Ichiro realmente hizo historia. Aquella fue una celebración de Ichiro el pionero, el creador de historia, la leyenda del béisbol.
El viernes fue una celebración de Ichiro, el ícono de Seattle, la figura eterna de los Marineros.
“Es algo especial”, dijo Dominic Canzone, al ser consultado sobre iniciar en el jardín derecho mientras la franquicia homenajeaba a uno de los más grandes en esa posición. “Crecí viéndolo jugar. Mi jugador favorito era Griffey. Pero entre ver a Griffey y a Ichiro, esos fueron equipos muy especiales para disfrutar. Tener el logo del 51 ahí afuera, es simplemente increíble jugar en este campo”.
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Canzone y el resto de los Marineros presenciaron la ceremonia previa al juego apretados en el dugout local. Del otro lado, la mayoría de los Rays también observó.
“En su primer año yo tenía 5 o 6 años, y algunos de mis recuerdos más antiguos del béisbol giran en torno a los Marineros de esa época”, dijo el abridor de los Rays, Drew Rasmussen, originario de Puyallup, Washington. “Es realmente genial tener la oportunidad de verlo, un héroe de mi infancia. Es una de esas experiencias únicas poder estar aquí y presenciar que sea recordado para siempre como una gran leyenda de los Marineros”.
Fue una noche para honrar a un grande del juego, para cimentar un legado y mostrar lo que el número 51 ha llegado a significar para la ciudad de Seattle y la organización de los Marineros.
“Felicidades por tu exaltación al Salón de la Fama y por tener tu número retirado”, le dijo Griffey a su amigo en el videoboard al inicio de la ceremonia. “Ya era hora. Quiero decir, ¿qué te tomó tanto tiempo? Yo he estado ahí por cinco años”.